Redes Sociales: comunicación política en la ERA digital (Primera parte)
Calaveras y Diablitos, por Arturo Colado •
Con la llegada del nuevo milenio, las generaciones emergentes buscaron innovar en las formas de comunicarse. Esto llevó al surgimiento de la «era digital». Hoy, las redes sociales son una herramienta poderosa donde la clase política percibió una oportunidad importante para establecer un vínculo de comunicación y posicionar el mensaje político.
En México el uso de estas plataformas ha experimentado un crecimiento exponencial. Al menos en la última década. La forma y fondo en que la clase política se relaciona con la sociedad y el modo en que difunden los mensajes ha evolucionado.
Antes de la llegada de la 4T, el flujo de información era controlado por las grandes televisoras y casas editoriales. Monopolizaban el consumo de la información y ejercían un poder hegemónico que sirvió a los gobiernos en turno. De ahí el mote de «cuarto poder».
La aparición en la escena política de Ándres Manuel López Obrador, puso en jaque a los grandes intéreses de los medios de comunicación, obligó a los equipos de comunicación política y marketing digital a encontrar alternativas que permitieran consolidar el contacto con la ciudadanía como elemento sustancia y siendo una necesidad más importante que tener hielos en las fiestas.
Benditas redes sociales, las llamó AMLO en su momento. Y sí, son éstas ahora el instrumento para lograr los objetivos. Quien no está en las redes está políticamente desaparecido del radar social. Basta analizar al obradorismo y encontraremos que desarrollaron, como movimiento político-social, la habilidad para aprovechar y sacar el máximo jugo a estas plataformas con fines propagandistas y comunicación con la ciudadanía.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las y los usuarios de redes sociales en México han aumentado considerablemente. Pasamos de un 34 por ciento de población conectada con acceso a Internet en 2012, a un nada despreciable 70 por ciento para el año 2020. Las redes sociales son ya un detonante y basta ver las plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, YouTube o Tiktok para saber que no sólo son las de mayor uso entre las y los mexicanos, sino las que permiten a los proyectos políticos consolidarse.
De acuerdo con el Estudio de Hábitos de Usuarios de Internet en México 2020, realizado por la Asociación de Internet MX, las plataformas preferidas varían según la edad, el nivel de educación y la posición socioeconómica. Facebook sigue siendo popular entre los adultos mayores y los de mediana edad. Por ello, y gracias a las tías y tíos, es una red plagada de Piolines deseándonos los buenos días y de cadenas de oración. Los jóvenes adultos prefieren Instagram. La chaviza, el Tiktok. Además, este estudio demuestra que el 89 por ciento de los usuarios de Internet en México utiliza alguna red social y le dedica un promedio de nueve horas con 54 minutos a la semana en estas plataformas.
Por lo anterior, resulta más que lógico el uso de las redes sociales en la estrategia de comunicación del gobierno de la Cuarta Transformación. Desde la campaña presidencial y ahora en su mandato, Ándres Manuel adoptó el uso de Twitter y Facebook para difundir mensajes, responder a críticas y mantener un contacto directo con el pueblo bueno y el pulso que generan sus posicionamientos.
Y espérense que no acaba aquí. Porque además del impacto en la comunicación política, las redes también han influido a tal grado que han modificado nuestra forma de comunicarnos. El uso de términos como ALV («Ahorita lo veo»), «CHTM» (Checo y Te Marco), «NPI» (No Poseo Información), son ya comunes en cualquiera de nuestros chats del “wasap”, sin mencionar los emojis, notas de voz y stickers, y de estos últimos es necesario tener un gran repertorio si es que se quiere ser alguien en la vida.
En Chiapas, el crecimiento del uso de redes sociales ha sido notable, sobre todo en las juventudes. Esto ha permitido renovar la comunicación política y gubernamental, obligando a los políticos y funcionarios a vestirse de influencers y aventarse puntadas como salir bailando en TikTok (de Conrado Cifuentes, no van andar hablando, ¡eh!), así como llegar a una audiencia más amplia y mantener comunicación directa y bidireccional con la ciudadanía.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, también ha traído consigo desinformación y una polarización entre chairos y fifís que cada día crece más y en algunos casos genera un encono social. Las benditas redes sociales son también un instrumento democrático y de libertad de expresión que fomenta la inclusión, pues permite vertir y escuchar todas las opiniones.
La conectividad a Internet es ya un derecho humano reconocido por la ONU, por lo que cuartar o limitar el contenido que se consume resulta un acto de represión, tal es el caso de los canijos gringos, quienes apenas el antier, mediante la Cámara de representantes, aprobaron un bloqueo a Tiktok en todo el territorio yanqui y en esta problemática me surgen dos reflexiones:
La primera va sobre la ingerencia imperialista que los gabachos ejercen sobre las empresas privadas cuando sus intereses se ven afectados. La segunda que Tiktok cuenta con más de mil 652 millones de usuarios al rededor del mundo. El país de las barras y estrellas aporta 163 millones de usuarios, por lo que de aprobarse esta iniciativa me surge la siguiente interrogante, ¿los gringos están aislando a Tiktok del mercado americano o están aislando al mercado americano de la conectidad con el mundo? ¡Hay que estar muy atentos!
En conclusión, las redes sociales como herramienta de comunicación política y gubernamental ha demostrado ser poderosas; sin embargo, su efectividad depende en gran medida de una estrategia que debe partir de objetivos claros, de la identificación de audiencias y la selección de un lenguaje acertivo, inclusivo y las plataformas adecuadas, así como la generación de contenido empático para llegar a la audiencia deseada y comunicar de forma eficiente el mensaje.
Para tener un manejo idóneo de las redes sociales, éstas nunca deben ser vistas o tratadas como un periódico, ya que de hacerlo se comportarán como tal, reduciendo la interacción y perdiendo la retroalimentación del diálogo, su mayor virtud y ventaja competitiva sobre los medios tradicionales.
La Rockola
Las MIL HORAS suenan para quienes están inscritos en el proceso interno de MORENA para selección de candidatas y candidatos a presidentes municipales, quienes ya no ven el tiempo en que den a conocer los resultados, luego de una maratónica jornada que ha desgastado en todos los ámbitos a las y los contendientes. EL SON DEL DOLOR cantarán quienes no resulten ungidos por el Partido vino tinto en el proceso vigente, pues de alargarse más el proceso, quedarán imposibilitados de contender por otro partido rumbo a las alcaldías. CUANDO SEAS GRANDE canta alegremente Eduardo Ramírez Aguilar a sus contendientes en la carrera a la gubernatura, quienes en los escenarios más alentadores no le alcanzan ni sumándose ni multiplicándose. ¡Está muy flaca la caballada y quieren jugar contra el titán!