Tapachula, Chiapas.– El basurero municipal de Tapachula se ha convertido en un foco de contaminación ambiental que pone en riesgo la salud y el bienestar de miles de habitantes, ante la evidente incapacidad de las autoridades locales para atender el problema.
La acumulación descontrolada de residuos ha generado una crisis insostenible: proliferación de enfermedades, contaminación de agua y suelo, además de la emisión constante de gases tóxicos. A pesar de la gravedad, el ayuntamiento que preside Yamil Melgar Bravo y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDURBE), a cargo de Mario Santizo, no han implementado medidas efectivas ni sostenibles para frenar el deterioro ambiental.
Vecinos de colonias aledañas denunciaron que el problema persiste trienio tras trienio, mientras la población sufre las consecuencias. Señalaron además la explotación laboral de hombres, mujeres y, de manera extraoficial, incluso menores de edad, quienes realizan tareas de separación de residuos sin acceso a servicios médicos ni garantías mínimas de salud.
La situación, dicen, es una “alerta roja” que amenaza con convertirse en una tragedia de salud pública, mientras la indiferencia y omisiones del actual gobierno municipal mantienen en el abandono a las familias que viven bajo el acecho de la contaminación.