Por Héctor Gordoa
Ciudad de México, 26 SEP.- A once años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los padres de las víctimas continúan en la búsqueda de verdad y justicia, aunque las promesas presidenciales parecen desvanecerse.
El caso, considerado un crimen de Estado, marcó el sexenio de Enrique Peña Nieto con la llamada “Verdad Histórica”. Tanto Andrés Manuel López Obrador como Claudia Sheinbaum prometieron desmantelar esa versión y dar con el paradero de los jóvenes. Sin embargo, las familias aún no ven resultados.
“Con la nueva presidenta no podemos hablar de confianza todavía. Esa confianza tendrá que generarse con resultados”, expresó Melitón Ortega, familiar de Mauricio Ortega Valerio.
Desde la llegada de Sheinbaum, se han realizado cinco mesas de trabajo, pero los padres denuncian que, como con López Obrador, el principal obstáculo sigue siendo el Ejército. “Nos dijeron que ya entregó toda la información, pero sabemos que faltan más de 800 sábanas de llamadas y documentos clave”, reclamó Ortega.
El relevo en la representación legal, ahora a cargo de Isidoro Vicario, mantiene firme la postura: no aceptar un retorno a la “Verdad Histórica”. “Lo que necesitamos es avanzar, no quedarnos atrapados en el pasado”, subrayó.
Las familias reconocen avances como la detención de ocho militares, del exprocurador Jesús Murillo Karam y de la exmagistrada Lambertina Galeana. No obstante, persisten pendientes graves: la extradición de Tomás Zerón desde Israel y de Ulises Bernabé desde Estados Unidos.
En estos once años, seis madres y padres de los normalistas han fallecido sin conocer el paradero de sus hijos. “Si me toca perder la vida sin saber dónde está mi hijo… para nosotros eso es muy fuerte”, compartió Bernabé Abraham Gaspar.
De cara a la sexta reunión con Sheinbaum, programada para noviembre, las familias insisten en que la resolución del caso será una prueba para medir si el gobierno prioriza a los desaparecidos o los relega como un tema incómodo.