EFE.- América Latina es una de las tres regiones que en 2023 registró un aumento de nuevas infecciones por VIH, con 120 mil o un 9% más respecto a 2010, según un nuevo informe de Onusida presentado este lunes, en el que este programa conjunto de Naciones Unidas advierte en particular de la situación de las poblaciones migrantes e indígenas.
El año pasado, se estima que 2.3 millones de personas vivían con VIH en América Latina, donde el número de muertes relacionadas con el sida disminuyó un 28% respecto a 2010, hasta un estimado de 30 mil, aunque aumentó entre la población femenina de Costa Rica, El Salvador, México, Panamá, Paraguay y Perú.
El informe señala que se observa una alta prevalencia entre las poblaciones no migrantes afrodescendientes e indígenas en algunos países, como Brasil, Guatemala, Venezuela, Perú y Colombia, y las barreras geográficas y lingüísticas son algunos de los factores que afectan su acceso a los servicios.
Por otra parte, destaca que los países están teniendo que adaptar sus respuestas al VIH a los significativos movimientos de migrantes y refugiados en la región, al subrayar que la prevalencia de la enfermedad en esta población es al menos el doble de la media regional.
Así, agrega, es necesario que los sistemas sanitarios de los países de destino y de tránsito integren a las poblaciones migrantes y ofrezcan un amplio seguro médico que incluya opciones de prevención, pruebas y tratamiento del VIH.
La estigmatización dificulta el acceso a servicios
El estigma relacionado con el VIH, el miedo a la deportación y el acceso limitado a servicios por parte de los migrantes y desplazados venezolanos, más de 6.5 millones en toda América Latina, tienen como consecuencia un insuficiente uso de los correspondientes servicios, señala.
Así, el estigma y la discriminación siguen perjudicando la salud y el bienestar de las personas que viven con el VIH o corren el riesgo de contraerlo, advierte Onusida.
Las encuestas del Índice de Estigma 2.0 realizadas en Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y Perú muestran que alrededor del 15% de los encuestados han sido víctimas de la estigmatización al buscar servicios relacionados con el VIH, y más de una cuarta parte, el 27%, al intentar acceder a otros servicios sanitarios.
Por otra parte, el 89% de la población en América Latina que vive con el VIH conoce su estado serológico, un 73% está en tratamiento y el 67 % se considera suprimido viralmente.
Según el informe, en general, los programas de prevención del VIH en la región no son eficaces en llegar a las poblaciones con mayor riesgo de infección
A pesar de la mayor disponibilidad de profilaxis preexposición (PPrE), profilaxis postexposición y autodiagnóstico del VIH, la aceptación de estas opciones sigue siendo baja en comparación con otras regiones, agrega.
Así, sólo 204 mil personas utilizaron la PPrE al menos una vez en 2023, en comparación con el objetivo de 2.3 millones para 2025 en la región, lo cual sirve de recordatorio de la necesidad de fomentar la demanda y de implicar a las comunidades en la prestación de este tipo de servicios.
En tanto, la disponibilidad de recursos para dar respuesta al VIH se situó en 2023 en los 3 mil millones de dólares, lo que supone una brecha del 21% para alcanzar el objetivo de 2025.