– Existen más de 5 registros sin tapa, uno con una profundidad de 5 metros, además de que las oficinas instaladas en el lugar se han convertido en escondite de vagos –
Uno de los proyectos emblema del gobierno de Juan Sabines Guerrero fue la creación del Conejobús y para ello instalaron una estación de biodiesel en el lado oriente de Tuxtla Gutiérrez en donde las unidades llegarían a abastecerse de combustible, sin embargo, hoy en día, este espacio representa un riesgo para la ciudadanía.
En 2010, en la capital chiapaneca nacía un nuevo servicio de transporte público que prometía no sólo brindar un buen servicio a la población, también sería un proyecto amigable con el medio ambiente al reemplazar el combustible convencional con el uso del biodiesel.
Sin embargo, este combustible, nunca fue ecoamigable como se presumía, pues la producción y comercialización masiva, generaron un aumento de la deforestación de bosques, el desplazamiento de cultivos alimentarios y para la ganadería, la destrucción del ecosistema y la biodiversidad, y el desplazamiento de los trabajadores rurales.
El proyecto del Conejobús tuvo una inversión de 176 millones de pesos, con la implementación de autobuses climatizados y la estación de combustible de biodiesel instalada del lado oriente de la ciudad (frente a Plaza Ámbar), misma que hoy representa un peligro para la población que transita en la zona, ya que existen más de cinco registros sin tapa, uno con una profundidad de aproximadamente cinco metros, además de que las oficinas instaladas en el lugar se han convertido en un escondite para personas.
Las personas que transitan de manera regular por la zona han demandado a las autoridades tomar acciones para aprovechar el inmueble y que no se convierta en un espacio de peligro para la ciudadanía.