Por Javier Domínguez
6 de enero de 2025, Tuxtla Gutiérrez.
Seis años han transcurrido desde el asesinato del activista Sinar Corzo Esquinca, y la exigencia de justicia sigue siendo el clamor principal de familiares, amigos y organizaciones defensoras de derechos humanos. Así lo destacó Luis Arvey Rivera, activista e integrante del Centro de Derechos Humanos “El Coloso de Piedra”.
Rivera subrayó que el caso aún se encuentra en proceso judicial. “Son seis años desde su asesinato. En aquella esquina, dos personas en motocicleta se le acercaron y lo mataron. Hoy el juicio está en marcha contra cuatro de los cinco señalados por la Fiscalía General del Estado”, mencionó.
El activista señaló directamente al exalcalde de Arriaga, David Parada, con quien Corzo sostuvo una reunión horas antes de ser asesinado, y que hasta la fecha se encuentra prófugo. “Es fundamental que se emita una sentencia limpia y ejemplar para los responsables y que los prófugos sean localizados”, añadió.
Rivera también reconoció la incansable lucha de la familia de Sinar Corzo, quienes, a pesar del desgaste emocional, no han cesado en su búsqueda de justicia. “Su familia ha mantenido el juicio de manera impecable. Sinar puede estar tranquilo, porque ellos no han dejado de luchar desde 2019”, afirmó.
El caso ha suscitado la atención de organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), quienes han expresado su preocupación por el aumento de asesinatos de defensores de derechos humanos en México.
A nivel nacional, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y su homóloga estatal emitieron condenas enérgicas por el homicidio de Sinar Corzo. La CNDH emitió la Recomendación 18/2015 dirigida al gobernador Rutilio Escandón Cadenas y al ayuntamiento de Arriaga por violaciones a derechos fundamentales, mientras que la Comisión Estatal abrió un expediente de queja y estableció medidas cautelares tras el asesinato.
Sinar Corzo Esquinca, recordado por su labor en la defensa de los derechos humanos y las causas sociales en el municipio de Arriaga, sigue siendo un símbolo de resistencia y lucha en Chiapas. A seis años de su muerte, la demanda de justicia permanece como una deuda pendiente.
