Tubo de Ensayo, por René Delios ·
No demora -nada más que sea legalmente posible- la guerra de encuestas por distintas agencias de prestigio, a través de publicaciones de distintos medios impresos, que por ahora hablan solo de popularidad, y no de a quien prefieren los chiapanecos para la grande de 2024; por ahora se la pasan destacando la labor de los aspirantes y no indistintos partidos, solo los de Morena.
Hoy ya no es posible como otrora en que a fechas muy tempranas al proceso, se hacían públicas cifras adelantadas sin ningún rubor, y hoy merecen hasta sanción, pues a estas alturas “del partido” ya estarían inundando espacios, en especial en las nueve entidades en las que se va a renovar gobernador en el año de la sucesión presidencial, y que a la oposición parecieran no importar, ante la idea superior de que el objetivo inmediato, es equilibrar al menos una de las cámaras del congreso federal, pero para muchos eso se tiene que lograr ganando antes las dos elecciones estatales de 2023, pero como se ve, al parecer los estados no son del interés del PAN, que busca ganar de a como sea, tanto el DF como la presidencia, aun su presencia electoral haya descendido un 65 por ciento desde 2018.
El punto es que entre 2023 y 2024, se compiten las gubernaturas de once entidades, es decir, los gobiernos de la tercera parte del país, que no es poco decir -que comprende a los tres estados electoralmente más poblados: CDMX, Edomex y Veracruz-; y cuyas presiones ya son claras desde ahora, en la estructura nacional de los partidos, y obviamente la local, pues no es poco lo que se va a renovar ya no solo en 2023, sino en el 2024: 500 curules de la Cámara de Diputados federal, 128 senadores de la República, nueve gubernaturas, 641 diputaciones de congresos locales en 17 entidades, 993 ayuntamientos en 16 estados y las 16 alcaldías de la Ciudad de México.
Una vez definidas las candidaturas a diputados federales -uni y plurinominales-, por ejemplo, vendrá la obligada encomienda: los votos no solo son para ti; hay que trabajar por la gubernatura y la presidencia: no va a estar en la boleta electoral, el motor unificador del seis de seis que fue AMLO en el 2018.
En Chiapas se va a votar por presidente, gobernador, senador, diputado federal, diputado local y presidente municipal: seis sufragios por elector.
¿Morena va por el carro completo en las cámaras federales?
Obvio sí.
Pero no sería sano, pues aun diferente sigla, se repetiría lo mismo que con el priismo, y en México, indistinta sigla, la política es institucional a ultranza al presidente, al gobernador, al alcalde: los legisladores federales o estatales, incluyendo los regidores, pecan de los mismo: hablamos del establismens azteca, del llamado sistema político mexicano.
Si desde ahora los hay quienes no son ni candidatos y se comportan como si lo fueran.
Las entidades de la república deben tomar su lugar dentro de la política nacional que les corresponde; los gobernadores ya no tienen por qué ser disciplinados al presidente, como tampoco los alcaldes a los gobernadores. Es indispensable que los legisladores federales tengan tantita vergüenza para con sus representados, pues solo recolectan su voto para luego ser diputados de su partido, en este caso Morena, disciplinados, institucionales -repito- para verse agraciados finalizado este periodo de gobierno.
Morena gobierna directamente en seis entidades de nueve que se van a renovar: Puebla, Tabasco, Veracruz, Chiapas, Ciudad de México y Baja California Norte.
¿En cuales va a repetir?
Pero están los congresos estatales y municipios, que como vemos en Chiapas, también merecen interés, esto por parte de los políticos locales, pero que ya en la suma nacional, es decir en volumen, la resultante global mostraría la simpatía o el desencanto por Morena en solo seis años.
Lo que tampoco es poco decir.