Dos décadas de varo y no hay avances palpables

Tubo de Ensayo, por René Delios ·

¿Cuánto creen que falte para que el tema Odebrecht vuelva a ser espada de la 4T en contra de los hombres o mujeres del pasado sistema “conservador”?

Esto porque el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya dijo que hay conspiración en su contra desde Madrid, y antes aún acusó que desde EU, le mandan varo a Claudio X. González, pues Los conservadores en el mundo han generado redes de financiamiento dedicadas a pagar propaganda en contra de los gobiernos que luchan por la justicia y la liberación de los pueblos.

Por el momento López Obrador ya les colocó la sospecha -que si no hay denuncia formal, no sirve de nada-, de que bien pudieron ser los conservadores los que atentaron en contra de Ciro Gómez Leyva, periodista del grupo Imagen, empresa que no ha destacado -como tampoco las demás televisoras- entre la preferencia del público, y menos en estos tiempos en que se gana más denostando que realizando investigación en tiempos de impolutos, luego de que AMLO  le quitó protagonismo al periodismo, exhibiendo tratos, contratos, nombres, y ahora sí que destacan los y las que en realidad sean buenos en éste trabajo de riesgo, y no los que proyecten las empresas informativas, y el ejemplo lo tenemos con Denise Maerker, ya no útil para Televisa -a la que esta comunicadora no necesita-, empresa  que se nota, busca un acercamiento con Morena/4T pues, en los números, sus directivos tienen claro que va a ganar en 2024, y como que no es rentable pasarse otro sexenio a tras manos, si se puede hacer la paz.

¿O no?

Pero eso no es lo que necesitamos los mexicanos: requerimos información, la real, no la manipulada, y eso solo lo puede pagar el gobierno. Necesitamos saber no cuanto se gasta cada año, sino cada sexenio de 2000 a la fecha; cuánto se invirtió y cuanto se mejoró, sin tanta parafernalia estadística tipo boletines del INEGI -terribles-, y en qué se fracasó en cada sector o rubro, porque eso -ante los actuales números- es evidente.

Dos décadas de varo y no hay avances palpables: la inseguridad ahí está, la pobreza ahí está, luego de tres sexenios de inversión -y lo que va de éste- y nada más no hay evidente, palpable avance.

Digo, porque si le buscamos ninguno, pero ninguno de los que propongan aún sin saber su nombre exacto para 2024, va a sacar a México de sus rezagos en el próximo sexenio; igual para Chiapas.

Y es que la pregunta se queda ahogada en la candidatura, que en sí no es ni siquiera sinónimo de soluciones; nuestro estado es de los más rezagados del país, no por los malos gobernantes -que tienen su historia-, sino por los olvidos institucionales de que fue objeto el sureste por cuatro décadas.

Así que no será el otro sexenio el tiempo suficiente en que se resuelva la pobreza, la ausencia institucional, la corrupción, la inseguridad que cada entidad tenga, que es en lo general del país, por hablar de lo interno, por no enredarnos con eso del tan mencionado desarrollo económico prometido desde José López Portillo, que anunció que íbamos por la senda del progreso y cuyo rumbo se perdió en la era neoliberal -lo que niegan los tecnócratas- y que nada más no encuentran ruta en la presente administración -lo que niegan en la 4T-, con tanto bache y tropiezos en el camino -¿Desde Madrid?-, por no dar pasos dóciles a modos de los intereses oligárquicos y anquilosados en todos los sectores, cuando lo que se debe de hacer es integrar -por sobre las siglas- un proyecto de nación a mediano y largo plazo.

Digo, porque ningún gobierno puede solo: negar eso también es demagogia.

Eso de Odebrecht brota de nuevo porque salió una nota informativa con relación a regresarle a Emilio Lozoya el arresto domiciliario que disfrutaba; la noticia no tuvo mucho eco –lo que anuncia que el tema no es para ahorita-, y no motivó reacciones de nadie, ni en Morena, pues no es cohete a quemar ahora.

Y es que las condiciones políticas se acomodan y se aprovechan: hará un año la bancada de senadores del PAN, exigió que el encargado de la FGR, informara cómo iba el caso penal abierto, por los supuestos sobornos de Odebrecht a altos funcionarios de Pemex, en busca de exhibir al Fiscal Gertz Manero; ahora no conviene, pues saldrían nombres de destacados “conservadores” implicados en todo tipo de abusos: contratos, compras, ventas, alquileres.

Hoy esa oposición no exigió nada y reitera, por enésima vez, que la política mexicana es de temas oportunistas, no de derechos como tales, entre ellos la justicia, la aplicación expedita de la ley, que en éste país está al mejor postor.

¿Qué no?

Y como eso no prosperó pues sacaron el becerrito de que el fiscal Alejandro Gertz Manero está enfermo, lo que atajó AMLO de inmediato dándole su reconocimiento, borrando de tajo el rumor de posible cambio.

Así que no contestó el fiscal, sino el presidente.

Lo que extraña es que esa oposición no comenta nada del poder judicial: sí ya están las atenuantes en contra de Lozoya Austin -igual según se tenían de Robles Berlanga- ¿Por qué tanta dilación en la administración de la ley? y no hay otra que pensar que faltan muchos nombres que involucrar en esas tranzas, y como que no es el momento de explotar eso.

Así es en México, con eso de la politizar lo judicial, y lo veremos sin duda en tiempos electorales.

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