Ciudad de México. 11 DIC.-La violencia contra las mujeres en México se ha expandido del espacio físico a la digital, revelando un escenario de riesgo que crece sin freno. De acuerdo con datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 70.1% de las mexicanas mayores de 15 años ha experimentado al menos un incidente de violencia, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021).
El fenómeno se agudiza en plataformas digitales. El INEGI confirma que en 2024, 10.6 millones de mujeres fueron víctimas de ciberacoso, una modalidad que vulnera derechos fundamentales como la privacidad, la integridad emocional, la seguridad y la libertad de expresión. La presión social, el uso indebido de imágenes y la exposición constante convierten a internet en un espacio donde la violencia se reproduce y se amplifica.
Claudia Morales, coordinadora de Vinculación y Difusión de la Fundación MSI, señaló que los 16 Días de Activismo por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres deben derivar en medidas concretas, políticas públicas más sólidas y mayor cooperación entre gobiernos, sociedad civil y plataformas digitales. “Estas jornadas deben generar mayor conciencia social y movilizar acciones reales para poner fin a la violencia en todas sus formas”, afirmó.
Morales subrayó la necesidad de fortalecer el acceso de niñas y mujeres a educación sexual y reproductiva como una herramienta para ejercer sus derechos de manera informada y segura. Organismos internacionales coinciden en que la falta de información y de servicios integrales profundiza las brechas de vulnerabilidad.
ONU Mujeres advierte que el entorno digital debe ser un espacio de empoderamiento, no un territorio hostil. La difusión no consentida de imágenes íntimas —denominada en ocasiones como pornografía vengativa— se ha convertido en una forma grave de violencia digital que implica intimidación, coerción y daño emocional duradero.
Los efectos no se limitan a la esfera tecnológica: estos patrones de violencia están relacionados con embarazos no planeados, barreras para acceder a anticonceptivos, estigma en salud reproductiva y dificultades para obtener servicios de aborto seguro.
Claudia Morales concluyó: “La violencia contra las mujeres sigue siendo una de las violaciones a derechos humanos más extendidas y normalizadas. En Fundación MSI trabajamos para que ninguna mujer enfrente sola ninguna forma de violencia. Lo lograremos si todas alzamos la voz”.
La discusión sobre violencia digital y seguridad en línea avanza como uno de los principales retos para 2026, en un país donde la protección de derechos de mujeres y niñas sigue siendo una deuda estructural.












