Doy Fe, por Ovidio Cortazar
El notariado chiapaneco es, sin duda, una institución que se ha forjado en el tiempo gracias a la entrega de mujeres y hombres que han entendido su labor como un servicio a la sociedad. Cada firma, cada protocolo y cada acto fedatario ha sido sostenido por la vocación de quienes, con ética y compromiso, han dado certeza jurídica a generaciones enteras. Reconocerlos es reconocer que la fe pública no es un privilegio, sino una responsabilidad que se honra día a día.
Sería imposible mencionar todos los nombres de quienes han hecho historia en el gremio y de quienes, en silencio y constancia, siguen construyéndola en la actualidad. Son demasiados los notarios y notarias que, con discreción y profesionalismo, han dejado huella en la vida de las familias, en la seguridad de las empresas y en la confianza de la ciudadanía. Cada uno, desde su trinchera, ha aportado a que el notariado chiapaneco sea sinónimo de certeza, legalidad y paz social.
Hoy, cuando la sociedad exige transparencia y cercanía, mirar hacia esos ejemplos resulta indispensable. Ellos demostraron que el notario no es únicamente testigo de actos jurídicos, sino testigo de su tiempo: alguien que acompaña, que escucha, que da fe con imparcialidad y humanidad. Su legado debe ser brújula para las nuevas generaciones, recordándonos que la verdadera grandeza del gremio está en la capacidad de servir con dignidad y empatía.
Redignificar el notariado implica reconocer esa historia viva y proyectarla hacia el futuro. Implica formar a nuevas generaciones con ética y visión, integrar la digitalización y la transparencia sin perder la solemnidad del protocolo, y construir un colegio que sea casa de diálogo, innovación y unidad gremial. Porque el notariado chiapaneco no se sostiene en un solo nombre, sino en una comunidad que ha sabido anteponer la vocación de servicio como principio rector.
Que la memoria de quienes han hecho y siguen haciendo historia sea semilla de inspiración. Que su ejemplo nos recuerde que el notariado, más que un oficio, es un compromiso con la sociedad y con la dignidad de la fe pública.












