Salud en crisis: la corrupción que vuelve siempre al mismo punto
La denuncia penal presentada contra exfuncionarios de la Secretaría de Salud de Chiapas no es un hecho menor. Es un síntoma. Un recordatorio de que, en esta entidad, los escándalos por desfalcos, abusos de autoridad y manejo turbio de recursos suelen repetirse con alarmante naturalidad, sin importar quién ocupe la oficina principal.
La querella, ahora dirigida a quienes formaron parte de la administración de José Manuel Cruz Castellanos, hoy senador, vuelve a poner sobre la mesa una verdad incómoda: el sistema de salud público ha sido utilizado durante años como botín político y financiero. No es casual que los señalamientos incluyan robo de documentos, abuso de funciones y posibles operaciones con recursos de procedencia ilícita. Son prácticas que, de comprobarse, no solo traicionan la confianza ciudadana, sino que lesionan directamente el derecho más básico: la salud.
Los documentos revelados por la periodista Gabriela Coutiño muestran que el Instituto de Salud, una institución creada con patrimonio propio para garantizar servicios dignos, habría sido vulnerado desde adentro. Bienes sin control, archivos manipulados o desaparecidos, recursos manejados al margen de la norma. Todo esto mientras hospitales sin médicos, clínicas sin insumos y pacientes sin medicinas cargaban con las consecuencias.
En Chiapas, la corrupción no es un concepto abstracto. Se mide en vidas. En traslados que no llegan a tiempo, en diagnósticos tardíos, en tratamientos que nunca se aplicaron porque el presupuesto se diluyó entre manos que nunca debieron tocarlo.
La denuncia presentada ante la Fiscalía de Combate a la Corrupción es un paso necesario, aunque no suficiente. Lo que la ciudadanía espera no es un expediente más, sino resultados. Investigaciones serias, responsables señalados y sanciones reales. De nada sirve exhibir irregularidades si, al final, todo termina en archivo muerto o en acuerdos que solo protegen a quienes abusaron del cargo.
Chiapas necesita romper el ciclo. Solo así podrá reconstruir la confianza en su sistema de salud. Solo así podrá garantizar que las instituciones están para servir a la gente, no para servirse de ella.
La justicia, esta vez, no puede fallar.












