A UN AÑO del asesinato del padre Marcelo Pérez, a la iglesia católica le preocupa el clima de violencia que persiste en el estado.

Tuxtla Gutiérrez, Chis., 26 OCT.-Al cumplirse un año del asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, sacerdote de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, la Iglesia chiapaneca manifestó su compromiso de promover el diálogo, la reconciliación y la defensa de la vida, y de continuar exigiendo justicia por el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, cuyo caso continúa sin resolverse.

Los obispos de la provincia eclesiástica de Chiapas recordaron el legado del padre Marcelo Pérez y lanzaron un exhorto a las comunidades a mantener viva su labor pastoral y su compromiso por la paz.

El arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González González, reprochó a las autoridades estatales que a un año de los hechos “aún no hay claridad de quién o quiénes fueron los autores intelectuales de este crimen”, ocurrido el 20 de octubre de 2024.

El arzobispo recordó que, con motivo del primer aniversario luctuoso, los obispos de Chiapas emitieron un comunicado conjunto en el que reiteraron la preocupación de la Iglesia por el clima de violencia que persiste en el estado.

“A pesar de los avances en materia de seguridad pública, aún se siguen dando episodios de violencia que nos hacen saber que los grupos delincuenciales tienen una notoria presencia”, condenó el prelado José Francisco González.

El pronunciamiento también manifiesta la necesidad de atender a las víctimas de la violencia y fortalecer el tejido social, por lo que los obispos hicieron un llamado a las comunidades a asumir la construcción de la paz como una tarea compartida, basada en la verdad y la justicia.

“Todos somos artesanos de la paz”, al tiempo de reafirmar el compromiso de la Iglesia chiapaneca para promover el diálogo, la reconciliación y la defensa de la vida, y de continuar exigiendo justicia por el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, cuyo caso continúa sin resolverse.

El religioso destacó que el padre Marcelo dedicó más de 17 años al servicio pastoral en comunidades indígenas y rurales, y que su labor estuvo marcada por la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos sociales.

“Su trabajo no fue cómodo; por eso recibió amenazas y criminalización”, expresó el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González

Finalmente, el arzobispo González recordó el mensaje del papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones, quien invitó a las comunidades cristianas a ser “signos de nueva humanidad” frente a la crisis social actual.

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