ATISBA gremio librero recuperación tras pandemia

Cd. de México (25 diciembre 2022).- La industria editorial mexicana muestra signos de recuperación tras más de dos años atípicos por la pandemia.

De 2019 a 2020, el sector dejó de facturar 2 mil 764 millones de pesos, lo que representó una caída de 24 por ciento de un año a otro, pero la brecha se ha ido cerrando y la venta ha remontado, señaló el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Hugo Setzer.

En 2020, por la venta de libros el sector facturó 8 mil 469 millones de pesos; en 2021, 9 mil 466 millones de pesos y se espera que en 2022 la cifra cierre en los 9 mil 866 millones de pesos; un incremento de 16 por ciento respecto a las ventas registradas hace tres años.

«Muchas pequeñas librerías no tuvieron la infraestructura para volcarse a las ventas en línea de manera inmediata y nos vimos en la necesidad de ser muy creativos».

«Nos hace falta tener una visión integral de la importancia de la lectura y el libro como un detonante del desarrollo económico y cultural del País; con esta visión se deberían desarrollar una serie de políticas públicas en torno a la lectura y el libro».

Hugo Setzer, Presidente Caniem

«En comparación con los años de pandemia, tenemos que decir que sí hay una recuperación (…), el mercado se ha ido recomponiendo porque la apertura de los puntos de venta físicos han permitido que la gente vuelva a las librerías».

Sebastián Ansaldi, Director de Marketing Grupo Planeta

«Estos datos nos dan una imagen más clara de lo que sucedió en la pandemia, porque hasta el año pasado teníamos solamente la fotografía de 2020, que fue el año de mayor afectación; en 2021 todavía había una actividad tranquila, con el cierre de librerías y algunos establecimientos y eso siguió causando una afectación, pero me parece que los números de 2021 nos permiten ver cuál fue el impacto ya de todo este periodo de pandemia de prácticamente de más de dos años», resaltó Setzer.

La producción editorial también bajó con la emergencia sanitaria. En 2019 se publicaron 118.9 millones de ejemplares y el estimado de cierre para 2022 es de 92.9 millones de libros, es decir 26 millones de volúmenes menos que en 2019.

«La pandemia tuvo un impacto muy fuerte en la industria editorial por supuesto, en donde se ve una disminución en la producción, prácticamente todas las editoriales reducimos nuestra producción debido a la incertidumbre, para proteger los flujos de capital y la inversión, se nota un poco diferente el tema de la facturación porque algunas ventas fueron de los inventarios que ya tenían las editoriales; la caída más fuerte está en la producción pero en temas de facturación mejoró», advirtió.

En el marco de la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la Caniem presentó su anuario de estadísticas 2021. Los indicadores 2022 empezarán a elaborarse en los siguientes meses con las estimaciones y datos de venta de los asociados a la cámara. Aunque las cifras actuales están lejos de 2019, hay signos de mejoría y 2023 será definitivamente el año de la recuperación, reiteró el presidente de la Caniem.

«Todavía no tenemos las cifras de 2022, pero ciertas estimaciones e indicadores, como lo exitosa que fue la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, nos ha dado un ánimo renovado.

«Estamos apostando porque el 2023 sea un año de recuperación«, dijo

Independientes, en desventaja

La crisis le ha pegado sobre todo a las pequeñas editoriales y a las librerías independientes. Algunos sellos y establecimientos pudieron sobreponerse con la puesta en marcha de sistemas para fortalecer el comercio electrónico, incluso se abocaron a producir más libros en plataformas digitales, pero todavía hay un largo trecho por recorrer.

Aunque no representa todavía un canal de comercialización importante para la facturación de libros en México, el comercio electrónico creció 96 por ciento de 2019 a 2020, con ventas por mil 398 millones de pesos, pero apenas representó 1.4 por ciento del total de la facturación de 2020.

Esto es muestra del crecimiento exponencial que tiene esta forma de distribución, pero hay todavía condiciones desiguales de desarrollo, señaló Édgar Hernández Tapia, secretario de la Red de Librerías Independientes (Reli), que se fundó hace cuatro años y agrupa a más de 50 librerías en el País.

«Las grandes librerías se volcaron a las ventas en línea, incluso estuvieron rebasados en capacidad, fue un canal que creció muchísimo durante la pandemia, pero muchas pequeñas librerías no tuvieron la infraestructura para hacerlo de manera inmediata y nos vimos en la necesidad de ser muy creativos; básicamente las redes sociales y la comunidad misma nos apoyó mucho porque se apropiaron de los espacios y los apoyaron», indicó Hernández Tapia.

Durante 2020 y 2021 surgieron muchos sitios de venta de libros en línea, que no contaban con una librería física, esa ha sido una tendencia que se ha mantenido, precisó, pero uno de los objetivos de los pequeños establecimientos es que los lectores regresen de manera presencial.

«Surgieron muchas librerías en pandemia que empezaron de manera digital pero apenas este año se empezó a ver un esfuerzo para trasladarse a una tienda física, hay una tendencia de gente que le interesa mucho abrir esos espacios, pero hubo librerías que tuvieron que cerrar y migraron al formato digital, de la Red cerraron siete librerías sobre todo en Querétaro, Estado de México y Jalisco; algunas no podrán regresar y otras han tomado un respiro en esta parte digital», abundó Hernández Tapia.

Víctor Campa, titular de la Asociación de Autores Independientes, que congrega a media centena de escritores en varios estados del País agregó que el sector del libro empieza a despertar, a reactivarse tras años muy difíciles.

«Ferias del libro como la de Guadalajara y otros eventos dedicados a la literatura han dejado de manifiesto que todos queríamos regresar, encontrarnos en torno al libro, se nota gran entusiasmo y no solo eso, los lectores están consumiendo muchos libros», señaló Campa.

El libro electrónico llegó para quedarse

El segmento del libro electrónico creció, impulsado por la emergencia sanitaria, y aunque todavía no representa un nicho importante de ingresos para el sector, consideró el presidente de la Caniem, Hugo Setzer, comienza a despuntar.

La venta de ediciones digitales alcanzó 368 millones de pesos durante 2020, lo que significa un incremento de 58 por ciento en comparación con el monto de 2019. Aunque de 2020 a 2021 la cantidad bajó a 347 millones de pesos, Setzer recalcó que la tendencia crecerá en los siguientes años.

«Uno de los grandes aprendizajes fue el comercio electrónico, pero una cosa es el comercio en línea de nuestras publicaciones impresas que se desarrolló de una manera muy importante, el otro fue el que muchas editoriales ya estábamos haciendo libros electrónicos, era la última llamada para el que no le había entrado, porque es algo que llegó para quedarse, pero como alternativa, no como sustituto a los libros impresos y lo que vimos fue un crecimiento en 2020, cuando los ingresos por libro impreso cayeron, los libros electrónicos subieron de manera exponencial», ejemplificó Setzer.

Falta más visión desde el Estado

Para que el sector editorial no solo despierte, sino que retome el vuelo, requiere ayuda e impulso desde el Estado, con políticas públicas que favorezcan la distribución de librosno solo en México, sino en el extranjero, consideró el editor y presidente de la Caniem, Hugo Setzer.

Las librerías en México no pueden acceder a la tasa cero, es decir exención del pago del Impuesto al Valor Agregado por la compra o venta de libros.

En la ley de Ingresos 2023, la Secretaría de Hacienda proponía eliminar el estímulo fiscal a las librerías con facturaciones menores a 6 millones de pesos al año. Al final, ante los reclamos de la industria, el Congreso dio marcha atrás.

«Nos hace falta tener una visión integral de la importancia de la lectura y el libro como un detonante del desarrollo económico y cultural del País; teniendo esta visión se deberían desarrollar una serie de políticas públicas en torno a la lectura y el libro.

«Tenemos algunos aspectos muy desarticulados: varios países que apoyan al libro y la lectura tienen una exención del IVA en el libro; México se queda corto porque es inexplicable que esta tasa cero no se aplique a las librerías, ahí se rompe el eslabón más débil que son las librerías y me parece que pone en evidencia la falta de visión integral de apoyo y fomento al sector», lamentó Setzer.

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