The New York Times
Ciudad de México, 1 de agosto de 2025.– En el peor momento para su administración, la presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta un escándalo de corrupción que sacude a su partido, Morena, mientras el presidente estadounidense Donald Trump redobla las acusaciones de que los cárteles han tomado el control del gobierno mexicano.
En el centro del escándalo está el senador Adán Augusto López Hernández, exsecretario de Gobernación, exgobernador de Tabasco y uno de los hombres de mayor confianza del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Dos exfuncionarios de seguridad de su administración en Tabasco son ahora prófugos, acusados de encabezar un grupo criminal ligado al narcotráfico.
Caso López Hernández: La sombra de La Barredora
López Hernández no ha sido acusado de ningún delito, pero las autoridades mexicanas investigan a Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco, y a su jefe de la policía estatal, quienes presuntamente dirigían un grupo criminal conocido como La Barredora. Ambos fueron nombrados por López Hernández durante su mandato en Tabasco.
El escándalo se originó en 2022, tras una filtración masiva de correos electrónicos de la Secretaría de la Defensa que reveló cómo altos funcionarios de seguridad estatal mantenían vínculos con el crimen organizado. A pesar de los indicios, las investigaciones oficiales apenas comenzaron este año.
Presión de Washington: “No más complicidad”
La crisis llega mientras Trump presiona a Sheinbaum para permitir el ingreso de tropas estadounidenses a México, bajo el argumento de combatir a los cárteles. El magnate republicano ha amenazado con imponer aranceles si el gobierno mexicano no toma acciones más enérgicas contra el narcotráfico.
“Esto marca un parteaguas para el gobierno de Claudia”, señala el analista Sergio Aguayo, al advertir que Washington ha endurecido su postura y ahora exige resultados concretos contra la complicidad entre políticos y criminales.
¿Un quiebre con López Obrador?
El escándalo amenaza también con fracturar la relación entre Sheinbaum y López Obrador. Durante el sexenio del exmandatario, la violencia escaló en todo el país, mientras su estrategia de “abrazos, no balazos” fue duramente criticada por evitar confrontar de frente a los cárteles.
Con Sheinbaum, los homicidios han empezado a disminuir, gracias a operativos directos contra grupos como el Cártel de Sinaloa, lo que ha reducido las incautaciones de fentanilo en un 30% en la frontera. No obstante, casos como el de Tabasco cuestionan la narrativa de “tolerancia cero” al interior de Morena.
Morena cierra filas, pero surgen fracturas internas
Aunque el partido gobernante ha declarado su apoyo a López Hernández, la presión interna crece. Algunas voces dentro de Morena piden una investigación a fondo para deslindar responsabilidades y mantener la bandera de la “superioridad moral” frente a otros partidos.
“Morena siempre se ha diferenciado con el discurso de que no son iguales, que son distintos, que son mejores”, advierte Juan Pablo Spinetto, columnista de Bloomberg. “Pero si ignoran irregularidades en las altas esferas, ese discurso se desploma”.
La presidenta Sheinbaum, por ahora, ha evitado pronunciarse directamente sobre la responsabilidad de López Hernández, mientras las investigaciones continúan.