Redacción | El Sol de Chiapas
31 de julio de 2025
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.– Claudia Ednita Montoya Guerrero, sobreviviente de múltiples intentos de feminicidio, alzó la voz este miércoles frente al Congreso del Estado para exigir justicia. Acompañada por representantes de la Fundación Karla Velasco, denunció más de una década de abandono gubernamental, acoso institucional y encubrimiento a su agresor por parte de autoridades del sistema educativo estatal.
Según su testimonio, la primera denuncia formal contra su agresor —expareja y excompañero en la Secretaría de Educación del Estado— fue presentada en 2015, sin que hubiera avances significativos hasta 2019, cuando finalmente fue vinculado a proceso. Desde entonces, relató, ha sido víctima de represalias, incluyendo acoso laboral, despido injustificado y acciones legales en su contra.
“Estoy viva porque escapé a tiempo. Pero el sistema terminó de destruirme. Me dejó sin trabajo, sin ingresos y sin justicia”, declaró Montoya a OEM-Informex, agregando que incluso se le retuvo su salario y se le negaron documentos clave para gestionar su pensión.
La maestra acusó directamente a funcionarios y directivos del sistema educativo de proteger a su agresor. Mencionó a jefes de departamento, un subsecretario y una dirigente sindical, quienes —dijo— actuaron como encubridores. En 2021, el juez Juan Gabriel Jiménez Vázquez absolvió al agresor a pesar de las pruebas presentadas.
“Las sobrevivientes no existimos en las estadísticas. No hay refugios, no hay reparación del daño, no hay justicia”, denunció. También exigió que las autoridades clasifiquen correctamente los delitos como tentativa de feminicidio, se sancione a jueces negligentes y se prohíba la convivencia forzada entre agresores y sus hijos.
De acuerdo con datos oficiales, en lo que va de 2025 se han registrado al menos 23 feminicidios en Chiapas. Sin embargo, la violencia de género también se manifiesta en quienes sobreviven: apenas 1% de las tentativas de feminicidio culminan en una condena, mientras el resto —como en el caso de Claudia— queda atrapado entre la revictimización y la impunidad.