Un análisis publicado por The Economist destaca que las becas del Bienestar, programa implementado tras la eliminación de Prospera en 2019, ofrecen un apoyo más limitado a la población más vulnerable en comparación con sus antecesores.
El reportaje explica que, aunque estas becas han contribuido a reducir la pobreza en México —de un 42% a un 36%, según datos del Coneval—, presentan limitaciones significativas. A diferencia de Prospera, que establecía condicionamientos como revisiones médicas periódicas y la permanencia escolar, hoy se observa un aumento en la deserción, sobre todo en jóvenes de entre 15 y 17 años.
Además, el envejecimiento progresivo de la población podría poner en riesgo la sostenibilidad de las becas para adultos mayores, una de las principales vertientes del programa.
El texto también advierte que el aumento al salario mínimo, sin un paralelo crecimiento en productividad, puede fomentar la informalidad y, por ende, reducir la recaudación fiscal.
Finalmente, se señala que la popularidad política ha sido un factor clave en la transición de estos programas, ya que se observan mayores apoyos electorales en estados donde los programas sociales tienen mayor presencia.