Chiapas: entre la urgencia y la esperanza
Chiapas atraviesa una semana que retrata con crudeza sus contrastes más profundos. Por un lado, la indignación social vuelve a encenderse ante el feminicidio de Yuri Cristel, la víctima número 16 en lo que va del año. Por otro, se avanza en proyectos estratégicos como el puente “Rizo de Oro” y se consolidan acuerdos para ampliar el acceso a la educación superior.
Las cifras de violencia de género son alarmantes. El feminicidio no es un hecho aislado, sino el reflejo brutal de una crisis estructural que exige respuestas firmes, con perspectiva de género, desde las instituciones y con acompañamiento de la sociedad. No basta el discurso: se requiere justicia pronta, políticas eficaces y cero tolerancia a la impunidad.
Al mismo tiempo, vemos señales de transformación que abren ventanas de esperanza. La construcción del puente “Rizo de Oro”, con más del 80% de avance, representa mucho más que una obra de infraestructura: simboliza conexión, movilidad y progreso para comunidades históricamente aisladas.
En el ámbito educativo, la UNACH y autoridades estatales avanzan en una ruta estratégica para garantizar mayor cobertura en la educación superior, un paso vital si aspiramos a un Chiapas más justo, preparado e incluyente.
También se reconocen esfuerzos como el de Tapachula, donde se fortalece la cultura de la protección civil ante la temporada de lluvias, y el compromiso de cámaras empresariales por erradicar el trabajo infantil.
No obstante, persiste una preocupación legítima: la reforma para reducir la jornada laboral, aunque positiva en intención, podría provocar un aumento en la informalidad si no se aplica con enfoque regional y apoyos fiscales reales. Chiapas no puede permitirse retrocesos en un mercado laboral ya frágil.
El presente de Chiapas exige actuar con decisión y empatía. Que la tragedia de cada víctima nos despierte. Que el progreso no sea privilegio, sino derecho. Y que las buenas noticias no tapen los pendientes, sino nos impulsen a seguir transformando el estado con visión, justicia y voluntad colectiva.
Porque Chiapas merece más. Y puede más