Berriozábal, Chiapas, atraviesa una preocupante ola de inseguridad y carencias en servicios básicos que afectan la calidad de vida de sus habitantes. Recientemente, la Auditoría Superior del Estado detectó un presunto desvío de más de 8 millones de pesos en la administración municipal, lo que ha generado desconfianza en la gestión local.
La inseguridad ha escalado a tal punto que, hace aproximadamente un año, el secretario de Seguridad Pública del municipio fue secuestrado por un comando armado, evidenciando la vulnerabilidad de las autoridades locales.
Además, los ciudadanos reportan constantes balaceras, robos y asaltos, lo que ha llevado a la formación de grupos vecinales de vigilancia ante la percepción de abandono por parte de las autoridades.
A estas problemáticas se suman deficiencias en servicios públicos esenciales. El suministro de agua es irregular, con frecuentes fugas que desperdician miles de litros, mientras que el alumbrado público es insuficiente, contribuyendo a la sensación de inseguridad en las calles.
Los habitantes de Berriozábal exigen soluciones inmediatas y una gestión transparente que garantice su seguridad y bienestar, ante un panorama que parece desmoronarse por la corrupción y la ineficacia gubernamental.