Por Rodrigo Yescas Núñez
En el corazón de la colonia Terán, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, existió un lugar que se convirtió en el epicentro de la convivencia social durante varias décadas: el Club Los Alacranes, más conocido como Salón Los Alacranes. Este club, que nació en 1936 como un modesto grupo de amigos, dejó una huella profunda en la historia de la comunidad, siendo un símbolo de amistad, tradición y celebración.
Los Inicios del Club
El Club Los Alacranes fue fundado como un espacio para la camaradería masculina. Durante sus primeros años, sus miembros no contaban con un lugar específico para reunirse, pero a finales de los años setenta y principios de los ochenta, el club se estableció de forma permanente en Terán. Desde entonces, el último domingo de cada mes se convirtió en la fecha sagrada para las reuniones de los socios, quienes compartían comidas y largas tertulias cargadas de anécdotas y risas.
Lo que comenzó como un encuentro mensual entre hombres, se transformaba cada noviembre en un evento especial: una comida familiar donde esposas, hijos y nietos se unían a la celebración, fortaleciendo los lazos comunitarios.
Tradición y Convivencia
El Club Los Alacranes era más que un lugar de reunión. Con una capacidad máxima de 30 socios, se organizaban turnos para preparar las comidas que disfrutarían todos los miembros. Estas reuniones no solo eran un espacio para compartir alimentos, sino también para intercambiar ideas, historias y fortalecer amistades.
Además de ser un club social, el Salón Los Alacranes se convirtió en un lugar icónico para eventos sociales. A pesar de su sencillez, era altamente solicitado para fiestas de 15 años, bodas, bautizos y cumpleaños, convirtiéndose en un símbolo de celebración y tradición en Terán.
Los Fundadores: Pilares del Club
Detrás de este espacio único estuvieron hombres visionarios y comprometidos, cuyos nombres aún resuenan en la memoria colectiva de Terán. Entre ellos se encuentran el Dr. Isauro Camacho Calvo, Don Eliasin Ballinas León, conocido por su botica “de los pobres”, y Don Che Luis Cancino. También destacan figuras como el Sr. Sergio Valls, los hermanos Zavaleta Torres, el C.P. Elpidio Macal Zepeda, el Prof. Cheo Solís y el maestro Oscar López Flores.
Otros nombres que marcaron la historia del club incluyen a Don Conrado Heinz, conocido como “Kurt Friedrich Gottlieb Heinz Reimbach”, Don Abundio Solís Araujo, el Capitán Donaciano Martínez Lizárraga, Don Noé Farrera, el Lic. Chelao Camacho y el Prof. Manuel de Jesús Martínez Vázquez. Juntos, construyeron un legado que permaneció vivo por generaciones.
Un Espacio de Memorias y Nostalgia
El Salón Los Alacranes no era solo un lugar físico, sino un refugio donde las tradiciones y la comunidad se encontraban. Las tertulias animadas y las risas resonaban entre sus paredes, convirtiéndose en testigos de momentos entrañables que marcaron a quienes lo frecuentaron.
Aunque los años han pasado y el club ya no opera como en sus tiempos de gloria, su recuerdo vive en los relatos de quienes tuvieron la fortuna de formar parte de esta historia. El Club Los Alacranes sigue siendo un símbolo de la unión, la amistad y la tradición que definió a Terán por varias décadas.
Hoy, recordar el Club Los Alacranes es celebrar un capítulo especial de la historia de Terán, un testimonio de cómo un grupo de amigos puede construir un legado que trasciende generaciones.
Especial agradecimiento a Jorge Camacho y a Néstor Niño por su invaluable aportación para la realización de este artículo.