Grandes Éxitos de la Cuarta Transformación
¡Qué orgullo vivir en estos tiempos de cambios históricos! La Cuarta Transformación no deja de sorprendernos con su capacidad para redefinir las prioridades nacionales y entregarnos logros dignos de aplausos. Veamos algunos de los éxitos recientes que ponen a México en el mapa, aunque no precisamente por las razones correctas.
Para empezar, en la Ciudad de México, el gobierno de Claudia Sheinbaum parece haber encontrado la forma de innovar en las cifras de seguridad. Las desapariciones han aumentado de manera constante, demostrando que el compromiso con la estadística no conoce límites. Además, en tan solo 100 días de su gestión, 7 mil familias han perdido a un ser querido por homicidio. ¡Nada como liderar un gobierno donde los números hablan por sí solos!
Por otro lado, el Tren Maya, ese ambicioso proyecto que prometía ser el motor del desarrollo en el sureste del país, también está haciendo historia. Aunque no por la derrama económica que tanto se anunció, sino por la caída en la afluencia de pasajeros. Al parecer, los turistas no están tan emocionados por pagar un boleto para viajar en una línea que, con suerte, los llevará a disfrutar de obras incompletas o paisajes desforestados.
Mientras tanto, la inversión en México también brilla por su caída, la primera en cinco años. La incertidumbre y falta de certeza legal que emanan de las reformas han tenido un «efecto milagroso»: ahuyentar a los inversionistas y reafirmar el compromiso del gobierno con el desarrollo… del estancamiento económico. Nada dice «confianza» como un país en donde la ley se dicta con el estómago y no con la Constitución.
Pero no nos preocupemos demasiado. Seguramente estos «grandes logros» son parte de una estrategia maestra que aún no logramos comprender. Tal vez, dentro de unos años, el mundo entero seguirá hablando de la Cuarta Transformación, no como un ejemplo a seguir, sino como una advertencia de cómo no hacer las cosas.
Mientras tanto, nosotros, los ciudadanos, seguiremos observando con una mezcla de asombro y resignación cómo se escriben estos capítulos de la historia nacional. Porque si algo nos queda claro es que el camino hacia el «bienestar» está lleno de sorpresas… y también de baches, trenes vacíos y muchas cifras que no cuadran.