Ironía en Tiempos de Roscas y Justicia: ¿El Nuevo Rostro de la Democracia?
Dicen que en México nunca falta el ingenio y las tradiciones, pero parece que ahora tampoco faltan los gestos “navideños” de los grupos criminales. El CJNG, en un alarde de generosidad que seguramente conmoverá a los corazones más fríos, decidió repartir roscas de Reyes en la tierra natal del presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo que antes era una festividad familiar ahora viene con un inesperado patrocinio: «Con mucho cariño, el Cártel Jalisco Nueva Generación». Mientras tanto, el hermano del expresidente asegura que “ya se atiende el caso”. Claro, porque no hay nada más tranquilizador que saber que un problema de esta magnitud está “atendiéndose” con el clásico ritmo burocrático mexicano.
Elecciones judiciales: democracia con sabor a élite En otro rincón del teatro nacional, la elección judicial amenaza con convertirse en un desfile de influencias donde las élites políticas, económicas y, por qué no, el crimen organizado también pidan su asiento en la mesa. La relatora de la ONU ya alzó la ceja (y la voz) al advertir que esta dinámica podría abrirle la puerta a una «justicia» moldeada al gusto de los poderosos. Porque, al parecer, lo que nos faltaba era un Poder Judicial convertido en un buffet donde cada quien sirve lo que mejor le conviene.
Casas para todos (o casi todos) No podíamos cerrar este compendio sin hablar de las nuevas promesas inmobiliarias. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció el inicio de la construcción de viviendas a partir de febrero como parte del Programa Nacional de Vivienda. Todo parece indicar que, al menos en papel, se construye no solo un futuro, sino también esperanzas. Claro, siempre y cuando esas esperanzas no queden enterradas entre licitaciones sospechosas y presupuestos inflados. Porque, seamos sinceros, ¿qué sería de un gran proyecto gubernamental sin sus dosis de opacidad y sus eternas «complicaciones»? Mientras tanto, más vale que los futuros beneficiarios crucen los dedos para que esta vez las llaves lleguen a sus manos y no se pierdan en el camino.
Conclusión: ¡El circo mexicano no descansa! Así, entre roscas, elecciones y jueces con agenda propia, nos encontramos con un sistema que parece más una tragicomedia que una democracia funcional. Pero no hay de qué preocuparse: mientras todos “atendemos el caso”, seguro pronto tendremos otro capítulo para disfrutar. ¿Qué seguirá? ¡Quizá el próximo concurso de pastorelas lo patrocine el crimen organizado también!