Chiapas ante el reto de garantizar derechos y seguridad para todos
En los últimos días, Chiapas ha vivido momentos clave que reflejan tanto avances históricos como retos urgentes para la protección de sus ciudadanos.
Por un lado, la despenalización del aborto en el estado marca un hito en el reconocimiento de los derechos reproductivos de las mujeres. Este paso, aunque tardío, alinea a Chiapas con una perspectiva progresista en favor de la salud y autonomía de las mujeres, especialmente en un estado donde la desigualdad y la falta de acceso a servicios básicos han afectado de manera desproporcionada a las más vulnerables. Sin embargo, este avance también representa un desafío: garantizar la infraestructura médica y la capacitación del personal para ofrecer servicios seguros y dignos a quienes los necesiten.
En contraste con este avance, las cifras alarmantes de feminicidios en Chiapas evidencian una crisis que sigue cobrando vidas. Con 34 mujeres asesinadas en lo que va del año, organizaciones sociales y colectivos exigen que se declare la alerta de género en todo el estado, un llamado que no puede seguir siendo ignorado. La violencia de género no solo desgarra a las familias de las víctimas, sino que también es un reflejo de las fallas estructurales en el acceso a la justicia y la prevención del delito.
A esto se suma otra realidad que afecta principalmente a los jóvenes: los accidentes de tránsito. Estos se han convertido en la principal causa de muerte en este grupo poblacional, exponiendo la falta de medidas de seguridad vial, educación preventiva y regulación estricta del transporte.
Estos tres temas tienen un denominador común: la necesidad de políticas públicas eficaces, la voluntad política de priorizar a las personas y una sociedad activa en la exigencia de sus derechos.
Chiapas se encuentra en una encrucijada. Los avances en derechos no deben ser empañados por la inacción frente a la violencia y la inseguridad. Cada vida perdida, ya sea por un feminicidio o un accidente de tránsito, nos recuerda que queda mucho por hacer para construir un estado donde el respeto a los derechos y la protección de la vida sean una realidad para todos.