José Luis Martínez
La economía mexicana cierra el sexenio de Andrés Manuel López Obrador con un bajo crecimiento, mayor inflación y deuda, y menor dinamismo en nuevos empleos formales que opacan el aumento en las exportaciones.
El Producto Interno Bruto (PIB), la medida más completa del crecimiento de una economía, ha registrado un aumento promedio de 1.02% entre 2019 y 2024, lo que representa la mitad del crecimiento promedio durante la administración de Enrique Peña Nieto, que fue del 2.2%.
El menor dinamismo de la economía ha estado acompañado de aumentos en los precios. La inflación en lo que va del gobierno de López Obrador alcanza el 30.65%, mientras que en todo el sexenio pasado fue de 26.98%.
Tan sólo los alimentos han subido 49% en lo que va del sexenio obradorista, es decir, 1.5 veces lo que subieron en el sexenio anterior (33%).
A la par, la generación de empleo formal se desaceleró. En los últimos seis años los trabajadores afiliados al IMSS aumentaron 11%, mientras que en el periodo de Peña Nieto subieron 25%, de acuerdo con los registros del organismo de seguridad social.
Si bien la tasa de desempleo bajó de 3.3% en noviembre de 2018 a 2.6% a abril de 2024, el empleo informal, es decir, sin seguridad social y prestaciones, aumentó medio punto porcentual en ese periodo a 27.9% de la población en edad de trabajar, lo que significa que 18 millones personas trabajan en condiciones precarias.
El debilitamiento se observa también en las finanzas públicas al aumentar la deuda. Los requerimientos financieros promediaron 4.1% del PIB, casi el doble de lo que se destinó entre los años 2000 a 2018.
Tan sólo en 2024 se requiere el equivalente al 6% del PIB para poder cumplir con las necesidades de financiamiento público, mientras que la deuda pública alcanza un monto equivalente al 49% del PIB o 16 billones de pesos, un aumento de alrededor de cinco puntos porcentuales del PIB con respecto al cierre de 2018.
Para reducir estos niveles de endeudamiento y evitar una crisis, la Secretaría de Hacienda ha propuesto disminuir el gasto público de un nivel de 26.9% del PIB en 2024 —el más elevado que se tenga registro desde 1990— a 24% en el primer año de gobierno de Sheinbaum y se mantenga en niveles de 23 para el resto del sexenio.
“El gasto público enfrenta crecientes presiones provenientes tanto de rubros comprometidos por ley, de cuestiones demográficas, así como de compromisos políticos”, dijo en un reporte Paulina Anciona, analista de Citibanamex.
Las reducciones en el gasto comprometen rubros como el desarrollo y mantenimiento de infraestructura de los diversos servicios públicos. Hacienda ha señalado que el gasto gubernamental de capital se reduciría a un promedio de 2.3% para los siguientes seis años, lo que significa una baja de 1.5 puntos porcentuales del PIB.
“Sacrificar gastos conlleva riesgos de no satisfacer necesidades de gasto en rubros relevantes como educación, salud e infraestructura”, sentencia Anciona.
El panorama es menos favorable para 2025: para el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum los analistas pronostican una desaceleración más pronunciada de la economía con un crecimiento de 1%.