La cultura ha encontrado en las nuevas tecnologías una nueva forma de expandirse y llegar a un número más amplio de interesados. Desde tiempos inmemoriales, se han vinculado las diferentes artes a lugares físicos como pueden ser bibliotecas, cines o salas de concierto. Pero, desde la aparición de las computadoras primero y luego de los celulares, nos acompaña allá donde vayamos. Solo es necesaria la conexión a internet y las ganas de consumir contenido cultural en línea. A continuación, repasamos algunos de los ejemplos más sonados.
Las emisiones de contenido
El séptimo arte es un caso evidente de cómo ha revolucionado el sector con la aparición de la tecnología móvil, como se puede ver con las plataformas de streaming. Estas han llevado los contenidos a todo tipo de pantallas, sin dejar la alta calidad de lado. Plataformas como Netflix con la laureada película de Guillermo del Toro sobre Pinocho, o Max con la serie ya icónica de Juego de Tronos, son dos de las más destacadas de un campo que se caracteriza por la enorme competencia con la que cuenta.
Algo parecido sucede con la música, que hace unas décadas solamente se podía escuchar mediante la radio o los aparatos especializados con lectores de CD o vinilos. En los tiempos modernos, han aparecido aplicaciones como Spotify o Apple Music que con un solo clic dan acceso a millones de temas. Desde 2021, se calcula que la mitad de la población mundial las usa para seguir las últimas obras de sus artistas y bandas favoritas, algo que en el pasado era más complicado.
El juego como cultura
El juego es cultura y son muchas las prácticas que se han digitalizado desde la entrada en el siglo XXI. Uno de estos pasatiempos es el póker, una actividad centenaria que ha migrado a entornos virtuales como PokerStars en el que ofrecen todo tipo de informaciones como las mejores manos o cómo se desarrollan las partidas. Este salto ha provocado que los aficionados puedan disponer de mesas organizadas sin importar la hora ni la ubicación donde se encuentran para disfrutar de las modalidades más populares.
Desde hace diez años, también se ha podido ver un cambio de tendencia en la manera en que se juega. Las máquinas de arcade de los salones recreativos o las videoconsolas del hogar han dado paso a aplicaciones de smartphone llegándolas a superar en número de usuarios en nuestro país y a nivel mundial. De este modo, al ser el dispositivo inteligente más extendido, ha abierto las puertas a un público que antes ni siquiera pensaba en la pantalla como forma de entretenimiento.
Lectura y formación
Los libros, así como los vinilos o las pantallas de cine, siguen teniendo un gran atractivo, pero han tenido que compartir su popularidad con nuevas formas de consumir. La aparición de libros electrónicos, conocidos como ebooks, ha ofrecido una manera de leer en digital muy interesante. Esto se ha plasmado en aplicaciones de todo tipo capaces de llevar cualquier texto a la pantalla más pequeña. Kindle, Apple Books o Audible son tres de las más conocidas y demandadas en los mercados virtuales.
Incluso actividades que requerían sí o sí un desplazamiento físico aparecen en los celulares inteligentes del momento. Ejemplo de ello son las visitas museísticas que recorren de una forma virtual las galerías de centros como el Louvre o El Prado, ofreciendo todo tipo de informaciones sobre los cuadros. Lo mismo se puede ver con representaciones artísticas como conciertos u obras de teatro, donde el componente social es muy importante para su desarrollo.
No se puede negar que la presencia de las nuevas tecnologías ha cambiado la forma en la que vemos y vivimos la cultura. Más allá de ser más accesible y personalizada, ha modificado sustancialmente aquello que transmite. Y es poco tiene que ver acudir a un cine o vivir un concierto en directo que hacerlo mediante las plataformas de streaming. Ni mejor, ni peor, simplemente genera unas sensaciones distintas a las que se podían vivir con la aparición de los celulares en nuestras vidas.