La Selección Mexicana de Natación Artística conmovió hasta en llanto en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde culminaron un séptimo lugar histórico, pese al desprecio de Ana Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
Las sirenas se convirtieron en un modelo de inspiración y en referentes del deporte nacional gracias su resiliencia, luego de que la exatleta las despojara de sus becas y las mandara a “vender calzones, Avón y Tupperware” en uno de los ataques más ‘célebres’ durante su gestión.
Pese a que la sonorense les dio la espalda, Nuria Diosdado y compañía encontraron en el Comité Olímpico Mexicano (COM) y su presidenta, María José Alcalá, un espaldarazo y apoyo para sostener su camino olímpico, culminado este martes en la rutina por equipos y que las ubica como las número siete del mundo.
“Saber que México está entregado y que hoy conocen de un deporte que para muchos era desconocido, ésa es la medalla de oro”, dijo Diosdado tras la actuación del equipo mexicano de nado sincronizado. “El mundo entero nos volteó a ver”, agregó.
LÁGRIMAS DE FELICIDAD
‘Mari José’ Alcalá, como miles de mexicanos, se emocionó hasta las lágrimas con el performance de las seleccionadas de Natación Artística en la capital francesa.
La exclavadista no pudo contener el llanto (de emoción) tras la participación de las sirenas, que también agradecieron el soporte. Incluso, una de las entrenadoras del combinado le dijo a Alcalá que gracias ella estaban ahí.
“Son gigantes, lo hicieron maravilloso, ya no puedo con la voz”, lanzó Alcalá Izguerra, visiblemente conmovida.
Las seleccionadas cautivaron en la piscina y dieron una de sus últimas ‘bofetadas’ a Ana Guevara, quien pese a cerrarles el paso y abandonarlas, no pudo ocultar su fuerza como atletas ni su brillo bajo el agua.