ROBO y falsificación de medicamentos aumentan durante el sexenio de AMLO

Ciudad de México, 23 JUN.-Un grupo de Whatsapp ha sido desde hace cuatro años un lugar seguro para Javier. Se trata de un chat con medio centenar de personas que comparten un objetivo común: protegerse del desabasto de medicamentos, pero con el riesgo de encontrar medicamentos falsificados, un problema que ha crecido en la administración actual.

El padre de Javier vive con diabetes y se ha enfrentado desde el sexenio pasado a periodos en los que escasea la insulina en los hospitales públicos. Cuando eso ocurre, Javier va de un hospital a otro, de farmacia en farmacia, para conseguir el medicamento.

En esas travesías, Javier, de 36 años, conoció a más pacientes o familias batallando para encontrar fármacos. Así que crearon el chat de Whatsapp para compartir información sobre dónde había existencia de medicamentos, en qué hospitales había desabasto y, a veces, hasta para apoyarse con algún insumo mientras se regulariza el abasto.

Pero a partir de 2020, cuando la pandemia de covid-19 complicó la fabricación de algunos medicamentos y en México hubo problemas serios con la compra y distribución de los insumos para la salud, ese chat se convirtió también en un lugar de alertas.

A medida que más medicamentos escasean por periodos más largos, la gente busca los fármacos donde pueda. A veces en páginas de redes sociales que los ofertan o en tianguis y mercados.

El riesgo de comprar insumos médicos ahí es elevado, pues son productos robados o falsificados.

“Hemos identificado, quizá mucho motivado por la pandemia, medicamentos irregulares en un mercado ilegal, donde, a través de sitios apócrifos, páginas de internet que aparecen y desaparecen, hay una venta ilegal de este tipo de productos, también en sitios ambulantes”, asegura Fernando Fon, director de Asuntos Regulatorios de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).

Siete veces más robos y falsificaciones

Esta problemática creció durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador. En 2018, el último año del gobierno pasado, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) registró 26 reportes de robos o falsificaciones de fármacos. En 2019 fueron 46, y en 2020, 79.

En 2022 los reportes subieron hasta 218, y en 2023 sumaron 186. Es decir, de 2018 a 2023, el robo y la falsificación de medicamentos aumentaron siete veces.

Por esto, la Cofepris también ha emitido más alertas sanitarias que advierten a la población de posibles riesgos a la salud. En 2018 emitió cuatro; en 2019 fueron 10; en 2020, 16 y en 2021, 19. Pero a partir de 2022 la cifra subió hasta alcanzar 46 alertas sanitarias y 51 en 2023.

De acuerdo con expertos del sector, el desabasto de medicamentos es una de las razones que propicia la falsificación de medicamentos.

“Ante la falta de medicamentos, ciertos individuos sin escrúpulos pueden aprovechar la situación para introducir productos falsificados en el mercado, ya que tanto los pacientes como los proveedores de atención médica pueden estar desesperados por conseguir los medicamentos necesarios”, advierte el colectivo Cero Desabasto.

Javier coincide con esa afirmación. Recuerda que le preocupa tanto que la diabetes de su padre se descontrole que ha estado a punto de comprar insulina a quien se la ofrezca.

El miedo no es menor. Miles de mexicanos mueren cada año a causa de la diabetes o sufren los estragos de no seguir el tratamiento y enfrentarse a complicaciones de salud severas, como afectaciones al riñón, ceguera y amputaciones.

Medicamentos más falsificados

Entre los fármacos que más falsificaciones registraron en 2023, por las cuales la Cofepris emitió alertas sanitarias ese año, se encuentran los medicamentos para cáncer, con el 20% de las alertas.

Y este problema continúa. Apenas este jueves, la autoridad sanitaria alertó por la falsificación y comercialización ilegal de cinco medicamentos para el cáncer de próstata, colorrectal y de mama. El laboratorio que produce estos fármacos identificó algunas piezas falsas, sin registro sanitario, que presentaban textos en inglés e inconsistencias en el etiquetado del empaque secundario.

Los medicamentos oncológicos son costosos y, cuando no están disponibles en el sector salud público, las personas se arriesgan más a comprarlos en lugares irregulares, sobre todo porque el precio es mucho menor, explica Frida Romay, co-coordinadora del colectivo Cero Desabasto.

“Las personas dicen: ‘De gastar 1,800 en esta farmacia, si en este lugar lo compro a 600’, pues terminan comprándolo a 600, pero no dimensionan que ese medicamento que están comprando puede ser falsificado”, advierte.

Los analgésicos y antipiréticos son los otros medicamentos con más alertas por falsificaciones, con 12% del total emitido en 2023, de acuerdo con el informe Radiografía del Desabasto en México 2023.

Siguen los fármacos para inmunología (12%), los suplementos (8%), aquellos para enfermedades neurológicas (6%), virales (6%), para diabetes (2%) y hasta algunas vacunas (2%), entre otros. El año pasado se emitió una alerta sanitaria por la falsificación de una vacuna contra la hepatitis B, por ejemplo.

Riesgos a la salud

Fernando Fon, director de Asuntos Regulatorios de la AMIIF, asegura que en algunos medicamentos vendidos en sitios irregulares han encontrado componentes dañinos para la salud, como hasta aceites de motor.

“Nada que ver con los principios activos que forman parte de los medicamentos, representando esto un riesgo muy, muy grande para las personas que llegan a utilizar estos productos adulterados”, sostiene.

También han identificado medicamentos originales que se venden fuera de farmacias porque han sido robados y se convierten también en un producto riesgoso.

“Si pensamos en estos puestos ambulantes, los tianguis, con tanto calor que ha hecho y los medicamentos ahí tirados en el suelo, aún cuando hayan sido originales, no hay ninguna garantía de su seguridad, su calidad y su eficacia, porque no sabemos cómo fueron resguardados, si les llovió, si llevan horas en el sol y resulta que eran productos que requerían refrigeración, en fin, todo esto pone en riesgo a los pacientes, a los usuarios”, advierte.

Aunque las autoridades sanitarias han identificado sitios irregulares de venta de medicamentos robados o falsificados, es complicado acabar con ese mercado. En el caso de la comercialización por internet, porque las páginas que ofertan los productos desaparecen y se crean nuevas con frecuencia. Pero en los tianguis y mercados, ha faltado una intervención más estricta.

“Hay todo un mercado negro, que no sabemos quiénes están detrás de este mercado negro, pero que existe y está produciendo medicamentos a consecuencia del desabasto, porque las personas los necesitan y por las vías, por el sector público no se los brindan y por la vía privada, o no hay o sus precios en el mercado son muy elevados, así que se aprovechan de esto estos productores y terminan creando medicamentos falsificados que venden a más bajo costo”, lamenta Romay.

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