Tuxtla Gutiérrez, Chis., 13 MAY (AMEXI).-Tras un enfrentamiento armado en el municipio de Chenalhó, Chiapas se reportó la muerte de al menos dos personas, así como otras que resultaron heridas, los hechos sucedieron durante la tarde del lunes 13 de mayo y reportes de medios locales indican que al principio hubo disparos en San Cristóbal.
El estado de Chiapas recibió el 2024 con un recrudecimiento de la violencia entre organizaciones criminales mexicanas. Esta escalada parece ser el resultado de una guerra prolongada entre el Cartel Jalisco Nueva (CJNG) y el Cartel de Sinaloa (CS).
Chiapas es la frontera del Estado más pobre de México, una región dominada por los grupos criminales, de Tapachula a la Selva Lacandona pasando por Frontera Comalapa y Chicomuselo, una historia ilustra la disputa entre carteles, el abandono del Estado y su rastro de asesinatos, desplazamientos, secuestros y extorsiones, pero también los intentos de la población local y la migrante por sobrevivir.
Hoy la violencia vuelve a resurgir, después de una pausa no declarada por la disputa del territorio de la frontera sur de los enfrentamientos entre integrantes éstas bandas de criminales se intensifican en las comunidades de Frontera Comalapa y Chicomuselo, donde han sentados sus bases de operación.
Las víctimas otra vez son los sufridos pobladores que son tomados como carne de cañón por esos grupos, que temerosos se atreven a denunciar nuevos enfrentamientos que para seguridad de ellos mismos y sus familias se ven obligados a huir para ponerse a salvo en lugares en donde puedan resguardarse de la violencia.
De esta forma señalan que en las última horas la situación se volvió más tensa en el municipio de Chicomuselo, donde la violencia que una vez llegó ya no salió y continúa siendo el azote de los pobladores de los alrededores de la colonia Piedra Labrada y Lázaro Cárdenas, lo que ha originado que las bandas delincuenciales los atrapen en medio de escenarios de guerra.
La mayoría de las veces de los enfrentamientos nada se sabe, pues ahora que se iniciaron desde el fin de semana, este domingo se agudizaron, sin embargo, la población ni siquiera denuncia porque las autoridades de gobierno ni nos ven ni nos oyen, simplemente no actúan ni resuelven.
Informes preliminares señalan que resultado de los enfrentamientos hay por lo menos de al menos una decena de personas, la mayoría de ellas aparentemente de origen guatemalteco. Hasta el momento la movilización por parte del Ejército Mexicano ha sido como siempre limitada debido a acusaciones de parcialidad por parte de ciertos grupos delincuenciales. Hasta el momento, la Fiscalía de Chiapas no ha proporcionado información oficial sobre la situación.
Durante estos días, la presencia de las autoridades es intermitente. El Ejército, la Guardia Nacional y la policía llegan cuando algo ya ha ocurrido, siempre tarde; es por eso que la población los mira con desconfianza, como si ellos, los uniformados, fueran también parte del problema.
Ante la escalada reciente de violencia, por los enfrentamientos entre miembros de los Carteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Sinaloa (CS) intensificados en comunidades de Frontera Comalapa y Chicomuselo, ha dejado también como resultado que pobladores humildes de esos municipios se vean obligados a desplazarse hacia áreas más segura, aunque sus hogares queden momentáneamente abandonados.
Informes de los mismos pobladores indican que los enfrentamientos se han registrado durante los últimos tres días y se han agudizado en las últimas horas. Sin embargo, la falta de acción por parte de las autoridades gubernamentales ha dejado a la población sin recursos ni protección, por lo que no se sabe con precisión el número de víctimas.
Además de las víctimas que son los pobladores, se sabe por informes de ellos mismos de la destrucción de vehículos, mientras que las ráfagas de armas de alto poder continúan saliendo de puntos estratégicos en los cerros cercanos.
Además de las víctimas mortales, se ha informado de una mujer herida por una bala perdida en su vivienda. Mientras tanto, un incendio forestal iniciado el viernes en varios poblados cercanos no ha sido controlado, devastando vastas áreas de terreno y viviendas abandonadas.
La violencia en Chicomuselo y otros municipios fronterizos ha persistido durante casi tres años, marcada por enfrentamientos, asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados.
Según testimonios de los propios pobladores afectados, “aquí está todo el tráfico: de droga, de armas, de personas”; de repente llegan hombres disfrazados de policías, con pistolas al cinto, irrumpe y les deja un mensaje: a partir de ese momento, ellos dictan la ley.
A estas alturas ya quedan poco habitantes, son pocos los vecinos que se quedan en una comunidad de Chicomuselo, el centro de la batalla.
Chiapas es el Estado más pobre de México, desde el 2024 se recrudeció la violencia por la presencia de organizaciones criminales mexicanas, un territorio en disputa, víctima de los dos grupos criminales más poderosos del país, el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En medio de ellos y de esa pelea muy desigual, sobrevive la población, prisionera de un conflicto armado que recuerda a Tamaulipas, Michoacán, Zacatecas, Guerrero o Guanajuato, extraño en estas tierras hasta hace poco tiempo. Cuna de la última guerrilla que nació en América, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hoy absorbido por los carteles venidos del norte del país.