En la Mira, por Héctor Estrada ·
El fin de año y el inicio de 2024 en Chicomuselo, Chiapas, no tuvo nada de celebración. Con la llegada del mes de diciembre se intensificaron los enfrentamientos y las desapariciones forzadas. La violencia parece haberse recrudecido con la llegada del año electoral, así, sin informes oficiales ni la presencia activa de la Guardia Nacional, como ya se ha hecho costumbre.
A penas este lunes diversas escuelas de la zona decidieron suspender el regreso a clases por el riesgo elevado que se vive desde hace semanas. Y no es para menos. El pasado jueves fue la comunidad de Nueva Morelia quien atravesó siete horas de enfrentamiento entre integrantes de los cárteles en disputa y habitantes que intentaron defender sus ahogares y a sus familias.
Algunos, aseguran, tuvieron que huir de la comunidad con las pocas pertenencias que llevaban puestas. Finalmente, el saldo de ese último sangriento episodio fue de “más de 20 personas muertas, dos de ellas civiles, sin que sus familias pudieran recoger los cuerpos”, detalló este lunes el periodista Elio Henríquez como parte del reporte publicado por La Jornada.
Mediante un documento enviado a medios y la opinión pública, habitantes de Chicomuselo narraron la alarmante situación en la que viven y la necesidad inevitable de defender sus viviendas por propia mano ante el abandono de las fuerzas de seguridad que, aseguran, nuevamente los han dejado a su suerte.
“La población se mantuvo en pánico y en la zozobra, resguardándose como pudo para cuidar sus vidas, ya que en muchas de las casas las balas pasaban por las láminas. Cientos de familias atemorizadas por tanta violencia, se vieron obligadas a salir. Nos están matando, nos están forzando a dejar nuestros hogares y a otros a ser parte de ellos (…) el incremento de violencia que se está dando sin que hasta ahora haya una respuesta del Estado”, señala el documento.
De manera extraoficial, pobladores precisaron que el pasado 26 de diciembre la comunidad de Limonar fue prácticamente desalojada por integrantes de uno de los cárteles que se disputa la zona. Según consta en testimonios, algunas familias fueron sacadas por la fuerza de sus viviendas, mientras otras decidieron huir a comunidades vecinas o zonas montañosas para evitar ser agredidas.
Y es que, por más despliegues “triunfalistas” de elementos del ejército o seguridad pública en la región, lo cierto es que la violencia en municipios fronterizos de Chiapas como Chicomuselo no ha cesado. La tranquilidad, según testimonios de pobladores, ha sido únicamente momentánea. Aparentemente, sólo como respuesta a casos o momentos de gran exposición mediática para acallar críticas. Después, la crisis siempre ha retornado.
Hoy lo grupos criminales “mantienen secuestrada la cabecera municipal con sus retenes, camiones tipo volteo atravesados sobre las carreteras, instalación de casetas de vigilancia y revisión a la ciudadanía. El pueblo ha resistido y seguirá resistiendo a no pagar cuotas ni ser cómplices de estos grupos criminales (…) vivimos bajo amenaza de que en cualquier momento pueden entrar a las comunidades. Hacemos un llamado a la solidaridad internacional; nos están matando, nos están forzando a dejar nuestros hogares y a otros a ser parte de ellos”, expresaron los pobladores desesperados en su última carta de auxilio… así las cosas.