LLAMAN a padres y maestros a oponerse a libros de texto

Al advertir que los libros de texto gratuitos buscan ser impuestos, violan una suspensión judicial, no están basados en programas de estudio oficiales, no fueron sometidos a discusión ni consulta pública y presentan diversos errores, especialistas llamaron a maestros y padres de familia a oponerse a estos ejemplares.

«Los suscritos, ciudadanos libres, conscientes y responsables, queremos levantar nuestra protesta por esta nueva embestida del Gobierno federal y llamar a maestros y padres de familia para que se opongan a esta arbitrariedad», es la petición pública que firmaron 255 personas.

En este posicionamiento conjunto, expertos en diversas áreas de conocimiento enlistaron puntos por lo que consideraron que estos materiales educativos elaborados por esta Administración federal no deberían llegar a las escuelas.

«El Gobierno federal está a punto de consumar un crimen contra la Nación. En poco tiempo, violando el mandato de suspensión dictado por un juez, se impondrán en las escuelas primarias libros de texto que no fundan en programas de estudio oficiales.

«En ningún caso estos libros han sido sometidos a discusión o consulta pública y que se buscan imponer sin que los maestros hayan recibido la capacitación necesaria para aplicarlos. Estos libros, además, proponen un cambio radical en la práctica de la enseñanza y en materia de educar a niñas, niños y adolescentes», expusieron.

Como primer señalamiento que les preocupa sobre los ejemplares, indicaron que se rompe con el modelo educativo tradicional por tacharlo de «neoliberal» y se busca un cambio radical de paradigma hacia una una «educación popular» que sustituya a la anterior.

«La lectura, escritura y matemáticas, las materias básicas que la escuela siempre ha considerado prioritarias, quedan difuminadas, sin objetivos, métodos de enseñanza ni materiales que las apoyen», señalaron.

También advierten un desacato a la educación incluyente debido a que el alumno o individuo, según lo planteado, ya no será el centro de la educación, sino la comunidad.

«De ella se deriva una ética colectiva que debe sustituir a la ética del individuo, lo que atenta contra las libertades establecidas en la Constitución (…) sin la atención a las necesidades personales de cada estudiante, se abandona el propósito irrenunciable de avanzar en el establecimiento de las bases de una auténtica educación que incluya a todos», explicaron.

Asimismo, refirieron que en los nuevos libros de texto de primaria se pretende desaparecer asignaturas como matemáticas, lengua española, física, biología, formación cívica y ética, historia y geografía, con lo que -alertaron- los educandos no podrán adquirir el dominio del razonamiento lógico-deductivo y el aprendizaje oral y escrito del español, la lengua que habla el 97 por ciento de la población mexicana.

«El reconocimiento del pasado nacional estará ausente de las aulas. Los valores que nos unen a los mexicanos serán eliminados. Las ciencias deberán subordinarse ante las ciencias de la comunidad, sean racionales, supersticiones, religiosas o mágicas. La nueva educación, agrega la SEP, no debe dotar a la nueva generación de destrezas que le permita incorporarse más tarde a un trabajo productivo», manifestaron.

Con ello, apuntaron, se violarán los postulados constitucionales como el laicismo. En otro aspecto, consideraron que al impulsar ejercicios en la comunidad y fuera de la escuela no se aclara quién será el responsable de cuidar a los alumnos fuera del aula; también se sustituirá la cultura universal por la de las comunidades locales (barrios populares, rancherías).

«Los niños aprenderán desde preescolar a solucionar los problemas sociales de su respectiva comunidad, aunque sea evidente que en primaria los pequeños no tienen la madurez necesaria para hacerlo», denostaron.

«Es una visión doctrinaria, anti-moderna, que se opone a las instituciones democráticas y niega el respeto de los derechos universales que cada niño -o persona- tiene particularmente a esta educación de excelencia como propone el Artículo tercero constitucional. Todo esto conduce a que la educación incurra en un relativismo cognitivo y en un relativismo moral que, podemos anticipar, tendrá a la larga efectos desastrosos para la Nación mexicana», enfatizaron.

En la lista de los 255 firmantes se encuentran ciudadanos y expertos como la escritora Ana María Gomís; el especialista en educación Eduardo Backhoff, ex consejero presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE); Carlos Mancera, ex subsecretario de Planeación y Coordinación en la SEP (1994- 2001); Antonio Gómez Nashiki, investigador de la Universidad de Colima; y Gilberto Guevara Niebla, ex subsecretario de Educación Básica de la SEP.

Así como Carlos Ornelas, académico especializado en educación de la UAM; Patricia Ganem, investigadora de Educación con Rumbo y Coparmex; María Marván Laborde, politóloga y socióloga mexicana; Clemente Ruiz Durán, catedrático y experto en economía de la UNAM; Carolina I. Crowley Rabatté, especialista en pedagogía, entre otros.

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