Ciudad México, 20 JUL.-En México y gran parte del mundo surgen voces y movimientos que intentan mermar la independencia judicial y la división de poderes, alertó la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, ante líderes globales y jueces del mundo.
“En mi país, pero no solo en mi país, sino lamentablemente en gran parte del mundo, surgen voces y movimientos que intentan poner en entredicho la legitimidad de la función judicial. Pretenden mermar, a veces de forma sutil, otras de forma directa, la independencia de los poderes judiciales. Intentan diluir la división de poderes”, sentenció al participar este jueves en el Congreso Mundial de Derecho en Nueva York, Estados Unidos.
La ministra advirtió que la merma de la independencia judicial como una de las vías para debilitar la división de poderes en las democracias constitucionales, como lo ha padecido América Latina, “enciende focos rojos”.
“La historia se repite. Persiste la intención de que los tribunales constitucionales se reduzcan a replicar las ideas de un solo hombre. Enfrentamos el riesgo de perder todo lo ganado por la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial. De esta dimensión es el reto que enfrentamos”, subrayó.
Frente a estos escenarios políticos y sociales que denominó complejos, Piña Hernández afirmó que están obligados a reflexionar cómo fortalecer la independencia judicial pilar de las democracias contemporáneas.
“Es fundamental sensibilizar a la ciudadanía sobre la relevancia de la función judicial. Tengo la convicción de que socializar la trascendencia de la decisión judicial en la vida de las personas tiene el potencial de renovar de forma positiva la relación entre la institución y la ciudadanía. Un acercamiento con las personas es la única manera de defender la independencia judicial en la arena política, en donde las juezas y los jueces no podemos intervenir”, indicó.
Para la también titular del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) sería un grave error de quienes integran los poderes judiciales, y de la comunidad jurídica en general, asumir que la independencia judicial está dada.
“Asumir que basta con su mención en los textos constitucionales para que sea una realidad. La experiencia comparada, desafortunadamente, nos ha mostrado que no es así. Tenemos un enorme reto por delante”, refirió.
Consideró que no se ha explorado lo suficiente la otra vertiente, dijo, de la independencia judicial. “Aquella que la entiende como una garantía de los derechos humanos. Tal vez porque no había sido necesario en el desarrollo de nuestras democracias. Tal vez porque lo habíamos dado por sentado. Hoy, me permito insistir: la independencia judicial no es una cuestión que se ocupa únicamente de las relaciones entre los poderes públicos del Estado y del Poder Judicial frente a factores políticos y económicos”.
En este marco, recordó que la historia se repite y con ello, la idea de que los tribunales constitucionales se reduzcan a replicar la voluntad de los gobernantes, bajo las reglas únicamente de las mayorías.
“Enfrentamos el riesgo de perder todo lo ganado por la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial. La historia no miente, los argumentos de odio, los argumentos sin razón, las constantes críticas, la adjetivación y descalificación de las juezas y los jueces nunca han sido buenos consejeros. De esta dimensión es el reto que enfrentamos”, lanzó.