Chiapas necesita el imperio de la ley a secas

Tubo de Ensayo, por René Delios

Realmente minimizar la inversión en el Sureste Mexicano, es más la consecuencia de una oposición afónica desde que iniciaron las obras emblemáticas del sexenio, que por razones sólidas.

Hará unos ochenta años se iniciaron los proyectos hidráulicos en la Cuenca del Grijalva, y desde luego que en ese entonces hubo oposición de ambientalistas internacionales que no se equivocaron en su apreciación -que obvio no se dio a conocer en su momento en ese México censurado-; las obras se realizaron con la finalidad de controlar las aguas del río Grijalva, producir energía y fomentar las actividades agropecuarias. Así, entre los años sesenta y ochenta se construyeron cuatro presas: La Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas.

Y los ecologistas no se equivocaron: la profunda deforestación ocurrida en los últimos 50 años, rebasó las dos terceras partes de la cuenca del Grijalva, y la depredación fue tal que no se respetaron ni las riberas del cauce, y eso que es zona federal, lo que sucede hasta la fecha, lo que ha generado erosión y la versión de que dichas presas se están azolvando, y que son incosteables, aparte de que iniciando el siglo, las pasadas administraciones sin explicación sólida, convincente, dejaron de invertir en esas hidroeléctricas pese a ser energía limpia, con impacto benéfico en la agricultura y ganadería en Tabasco y Chiapas, y contrariamente se empezaron a quedar rezagadas no solo de la inversión, sino también de la producción, pues esta se redujo en aras de no hacerle competencia -a partir de 2006- a las empresas extranjeras instaladas ya en México, con tecnología de punta no contaminante, con menor inversión pero con alto rendimiento, y más que distribuyen su producción por el tendido eléctrico de la CFE -que es lo que no dicen desde la ofendida Iberdrola-, y aun con eso cobran el servicio caro, gracias a la oposición que evitó que se regulará eso, incluyendo el llamado autoabastecimiento -que permite que empresas como Ternium, Ford. Continental, Bridgestone, Mabe, Bio Pappel, Heineken, Nestlé, PepsiCo, SuKarne, Bimbo, FEMSA, Kellogg’s y Hershey’s, paguen una bicoca por consumo.

Y todo porque no se hizo lo necesario en la reforma eléctrica; no fue aprobada: toda la oposición lo consideró un triunfo sobre el presidente, aun el ramalazo a México, en la idea de un libre comercio depredador, de poca correspondencia, pues no solo aprovecha una mano de obra barata, la baja inversión para producir, sino que vende caro el producto que, se lo tiene que comprar la CFE, en vez que ellos lo vendan al consumidor.

El Sureste Mexicano no ha merecido inversiones importantes desde hace cuatro décadas hasta la presente administración, y aún la observancia para el México de éste lado, hubo oposición, incluso personajes que argumentaron que -en el caso de Chiapas en particular-, son entidades sin desarrollo que costará mucho “levantar”, y es por lo que imagino -pues es cierto-, Chiapas merece más apoyo social que cualquier otro estado, ante el olvido de que fue objeto, lo que no evalúan esos personajes en su oposición recalcitrante: eso hace necesario, por mera justicia y hasta humanidad, emparejar esos desiguales e injustos niveles de vida para una entidad que ha sido poco correspondida, ante las riquezas que le ha dado a la nación -desde hace más de medio siglo- en energéticos, sea petróleo o electricidad, pues no hay que deslizar que Chiapas es de las cinco entidades del país que tiene y aporta al país luz, gas y petróleo, y la han dejado rezagada, víctima de malos políticos y peores funcionarios que, para colmo, generaron una corrupción agraria que aún tiene secuelas, no solo jurídicas -pues solo Chiapas llegó a representar el 22 por ciento del rezago agrario nacional-, sino también sociales, al derivarse conflictos aún vigentes, por ese irregular reparto agrario con dotaciones empalmadas, que incluyó absurdos resolutivos de dotación de ejido incluso sobre el mar.

Por decreto, los transformaban -desde el escritorio federal- de campesinos milenarios a pescadores recientes.

Chiapas es difícil, y es por eso que se necesita el imperio de la ley a secas, sin demagogias, y proyectos transparentes de largo plazo, que vayan reduciendo el paternalismos; proyectos de desarrollo de continuidad, no sexenales como los de ahora y el pasado, y ya acabar definitivamente con esos liderazgos anquilosados que solo se han enriquecido de -como robado a sus- representados, desde el pasado siglo, y lo fundamental: que el gobierno deje de explotar la pobreza, e instaure -de ahí la continuidad- proyectos viables, posibles, integrales, para que la gente los campesinos -indígenas o mestizos- se tecnifiquen y eleven el rendimiento por hectárea, y tengan lo elemental: esa electricidad, esos caminos, esos apoyos transparentes y logren ser autónomos, como los del norte de México.

Porque esa es la comparación que ponen en referencia cuando hablan de los productores parasitarios del Sureste, como lo hizo el Bronco o el Quadri, en su ignorancia histórica.

Si se incrementa la producción, a mediano plazo, igual se empieza a reducir la pobreza, y si bien nos va en treinta años, igual nos será más benéfico el Tren Transitsmico que el Tren Maya.

El Tren Maya apenas toca Palenque, y aun modernicen el aeródromo que hay cerca de esa población, la gran mayoría del turismo internacional que se espera, aterrizará en Villahermosa, salvo aprueben el canotaje aéreo -que abarataría costos al pasaje nacional, neta- pues es ya destino fijo de las aerolíneas mexicanas desde hace muchos años; el canotaje sí sería rentable para los usuarios, en especial el turismo nacional, pero las aerolíneas nacionales se han visto defendidas por la oposición ante la posibilidad de que líneas extranjeras den también servicio interno.

¿Y luego?

Defendieron que ingresarán dineros extranjeros al servicio eléctrico, y no al aéreo.

El Tren Maya va ser más para el turismo que para movilizar grandes volúmenes de producción agrícola o ganadera desde Palenque; insisto que ese proyecto es más integral hacia la península, que para esa zona norte del estado, la que sigue siendo vista por los empresarios mexicanos como algo lejano.

Incluso todo el Sureste Mexicano es poco contemplado dentro del T-mec, más enfocado a ciertos estados al centro, pero principalmente al norte del país.

Igual crece el llamado «day tradin», pero para eso me parece más acertado el transitsmico, el que leí por ahí que, es visto con interés por los exportadores de toda la Cuenca del Pacífico, y que de resultar, esto es de crecer, hasta puede darle plus a Puerto Chiapas, que podrían dar servicio alterno en caso de que el de Salina Cruz no se de a basto a todo lo europeo que entre por Coatzacoalcos.

Pero esa es otra historia.

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