26 de septiembre de 1949 II

A Media Palabra, por Miguel Arcadio Cruz Ruiz ·

Continuando con el tema y su importancia, en éste año que transcurre se cumplen 75 años en que sucediera el accidente de aviación que enlutó a varias familias y que como sabemos perdiera la vida la actriz Blanca Estela Pavón junto con su padre. Ella, luego de terminar la filmación de la película “La mujer que yo perdí”, viajó a Oaxaca para participar en una presentación de estrellas, pero debía regresar inmediatamente a la ciudad de México para cumplir un compromiso como cantante. Sin embargo su avión que los transportaría se retrasó y ella le pidió a un matrimonio de tantos que le admiraban, cedieran sus lugares a su padre Francisco Basilio Pavón Moscoso y a ella misma, para así tomar el vuelo que no les correspondía a lo que accedió el matrimonio por lo que emprendieron el retorno a la capital del país pero como sabemos la nave sufrió un accidente muy grave, quizá porque se internó en una espesa niebla habiéndose estrellado en el Pico del Fraile del  Popocatépetl, muriendo ahí todos los pasajeros, es decir, que dichos personajes en el vuelo en que se tenían que ir, no se fueron; y en él que no se tenían que ir, se fueron. 

Pocas actrices lograron, en un tiempo muy corto, alcanzar la categoría de ídolos populares como lo hizo la singular “Chorreada”, su desaparición a la edad de 23 años, la eternizó en el recuerdo de los mexicanos de la época. Su filmografía no fue extensa pero dejó huella en la historia del cine pues participó en cintas como: “Vuelven los García”, “Ladronzuela”, “En cada puerto un amor”, “Las puertas del presidio”, “Los tres huastecos” y “Cuando lloran los valientes”. Recuérdese que Blanca Estela Pavón en ése entonces era pareja sentimental de Pedro Infante en el cine mexicano y ¡vaya destino¡ fallecen ambos en un accidente de aviación con ocho años de diferencia.

Miguel Arcadio Cruz González Blanco (mi padre), parte de la ciudad de México, lugar en que residíamos a la ciudad de Tapachula, para gestionar un asunto de carácter legal y del interés de los miembros del Ejido Santo Domingo del municipio de Unión Juárez, para tal efecto, se entrevista en dicho lugar con Severiano Rodríguez, líder del Ejido, una vez analizado que fuera el tema, concluyen que es de imperiosa necesidad ventilar el asunto en la ciudad de México por la importancia del caso, para la ilustración del caso, les cuento que el ejido Santo Domingo se encuentra a 45 kilómetros de Tapachula y en él existía una finca cafetalera, hoy existe en su casco la casa grande que se transformó en el Centro Turístico Santo Domingo, dando cabida a un modesto museo de café y un restaurante que sirven de pretexto para detenerse y conocer esa casa de madera, estilo californiano, que fue construida en los años veinte del siglo pasado, pero, volviendo al tema mi Padre y Severiano, se ponen de acuerdo para trasladarse vía aérea, subrayando que mi padre tenía el compromiso de asistir a la boda de uno de sus mejores amigos el Licenciado Enrique Lara González (Panyú) en Tuxtla Gutiérrez, evento a celebrar el 25 de septiembre, por lo que mi padre le pide a Severiano que tome el avión en Tapachula el 26 de septiembre para encontrarse ambos en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez ése mismo día y juntos volar a la ciudad de México, cuestión que así fue. Pero vayamos a la boda de Don Enrique Lara, evento en el que, generosamente mi padre entrega como regalo de boda a los novios boletos de avión para viajar a México y después a Acapulco el mismo día 26 de septiembre. Ese día fatal, cosa curiosa, los novios no llegan a tiempo para abordar el avión, gracias a ello, no fallecen los recién casados.

Ahora bien, en días previos al accidente, mi padre estando de visita en casa de su cuñada Mercedes Ruiz Coutiño y su concuño Galdino López Ruiz en Mazatán, Chiapas; les dice que es su deseo llevar de invitado a México a mi primo Alejandro López Ruiz que en ése entonces tendría siete años de edad, cuestión que no fue aceptada por mis tíos en atención  a su edad, así que también salva la vida.

Mi padre tenía el día del accidente la edad de 32 años y mi madre 23 años, él era abogado, gozaba del cariño de las familias y de muchísimos amigos, entre ellos de Felipe Pescador Estrada y Francisco Zamora, ingenieros civiles fundadores de Grupo ICA (Ingenieros Civiles Asociados). Muy joven emigró a Nueva York y estuvo cerca del mundo intelectual como también en México, gustaba de la literatura americana, sobre todo de la novela, lo que deduzco por su biblioteca que dejara como legado, también leyó sobre Stalin, Lenin, el socialismo y el comunismo, gozó de la amistad de Siqueiros y su cuñado Leopoldo Arenal, como también de Cantinflas quien lo refería como “Miguelón” y según la pluma de algunos autores como Francisco Lara, pudo ser en su momento un magnífico político.

Continuará……

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