A Media Palabra, por Miguel Arcadio Cruz Ruiz ·
Es de justicia elemental, informar a los lectores que esta entrega y las subsecuentes se basan en términos generales en las publicaciones realizadas en el mes de octubre de 1989, por el periodista Julio Villarreal Arreola en la segunda edición del periódico Ovaciones, persona a quien tuve el gusto de conocer en la ciudad de México. Al tomar por mi cuenta el tema, simplemente pretendo enriquecerlo, pues se han descubierto y se siguen descubriendo sucesos extraños que de una u otra forma se relacionan con el caso.
Julio Villarreal, llevó a cabo la investigación, afirmando en ese entonces de los presagios y coincidencias dados en el accidente del avión DC-3 con matrícula XA-DUH, Vuelo 578 de Mexicana de Aviación, y en donde perdieran la vida las siguientes personas: Miguel Arcadio Cruz González Blanco (mi Padre), Severiano Rodríguez, Salvador Toscano, Gabriel Ramos Millán, Blanca Estela Pavón, María Luisa Arámburu y de la Cuesta empleada de Sears Roebuck, Francisco Basilio Pavón Moscoso empleado de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, el héroe español Francisco Mayo famoso fotógrafo de guerra, Eugene Goldsmith, Perla Goldsmith, Capitán Piloto Aviador Alfonso Reboul Lescassier, Copiloto Francisco Macías Caraza, sobrecargo Luis Vales Cervera, los niños Máximo Pozo, Arturo y Beatriz Toscano Fuentes, la señorita Hortensia Nakawa, periodista Luis Bouchot Fócil, Celia Watanabe de López, Doctor Augusto López China, David Gaytán, Salvador Ochoa Méndez, Lucrecia Fuentes de Toscano, Rodolfo Rodríguez y María Dolores del Pozo.
En efecto, el articulista del periódico “Ovaciones” (segunda edición), escribió una serie de artículos relativos a la tragedia del Popocatépetl, subrayaba en ésas ocasiones que el accidente de aviación había estado lleno de presagios y coincidencias, considerando este siniestro como un capítulo de la historia de la aviación de México. Afirmaba entonces: “El 26 de septiembre de 1949, a las 13:35 horas, la antropóloga mexicana Eulalia Guzmán, descubrió los restos del último emperador azteca, Cuauhtémoc, bajo un templo en Ixcateopan, Estado de Guerrero. El mismo día y la misma hora, se estrelló un avión de pasajeros en los enormes y oscuros arenales del sur del Popocatépetl, ya en el Estado de Puebla. No hubo sobrevivientes, fallecieron 22 pasajeros y 3 tripulantes del DC-3, matrícula XA-DUH, propiedad de la Compañía Mexicana de Aviación. Al descubrirse los restos de Cuauhtémoc, centenares de jubilados testigos lloraron junto con la ameritada profesora Eulalia Guzmán. En cambio, del avionazo sólo hubo un testigo de oídas, el jinete Moisés Bautista, quien escuchó el ruido del motor y luego la explosión, que retumbó en aquellas soledades, las noticias se transmitieron en forma simultánea. Bajo el templo de Ixcateopan, estaban unos restos óseos quemados, una punta de lanza y una placa de cobre, con la inscripción 1529, Rey é S. Coatemoc”. Autoridades de aviación civil, reportaron que: El vuelo 578, procedente de Tapachula, Chiapas, no llegó a la hora programada; se reportó al pasar por Puebla. Durante las excavaciones en Ixcateopan, se localizaron piedras verdes, un trozo de amatista, semillas, tierra oxidada, carbón y tierra calcinada. La búsqueda de la aeronave se dificultó mucho por el mal tiempo, aparte de que el jinete Bautista no podía precisar el lugar del accidente, sólo decía que fue por el Pico del Fraile. Veinte años después, el 4 de junio año de 1969, se estrelló otro avión, perecieron 79 personas, entre ellas el tenista Rafael “Pelón” Osuna y el político Carlos Madrazo, en una montaña coincidentemente denominada Pico del Fraile, empero, del Estado de Nuevo León.
La importancia del tema, invita a dar una pequeña semblanza de las personalidades fallecidas, para esta ocasión toca a Blanca Estela Pavón.
María Blanca Estela Pavón Vasconcelos, nació el 21 de febrero de 1926 en Minatitlán, Veracruz. A temprana edad, demostró su sensibilidad artística, participando en festivales organizados por la escuela, en donde recitaba cantaba y bailaba. No alcanzaba la edad de diez años, cuanto tuvo su primera presentación en una radiodifusora de Orizaba. Estudió baile clásico, declamación, acrobacia y canto en la Academia Alma Mexicana. Ya radicando en la ciudad de México, se inscribió en la Escuela Nacional de Danza. Debutó en las estaciones de radio XEFO y XWQ, las que le ofrecieron un contrato que le sirvió para difundir y promover sus cualidades vocales y artísticas.
Llega a la pantalla grande como extra en la película «Huérfanos del divorcio”; cuatro años más tarde protagonizó «La liga de las canciones», de Chano Urueta. Destaca su gran capacidad histriónica y lo potente de su voz que aplicaba para temas románticos como clásicos. Participa en diez y seis películas, todas ellas, dentro de la época del Cine de Oro Mexicano.
Gana el premio Ariel a mejor actriz en 1948, por su actuación en «Cuando lloran los valientes». Su único disco grabado en forma profesional, fue presentado mediante una gira por el país, los temas fueron de Manuel Esperón.
Sin esperar lo que el destino le preparaba, se presenta en el Teatro Macedonio de Oaxaca, al parecer en sustitución de la actriz Sofía Álvarez, en ésa ocasión deleitó a los asistentes que la ovacionaron al interpretar temas como: «Tú», «Acuérdate» y «Amorcito corazón». Su regreso a la Ciudad de México, marca el final de su magnífica carrera, ya que, ese día 26 de septiembre de 1949, sufre el avión en el que viajaba un accidente terrible. Ningún pasajero sobrevivió.
Su muerte causó conmoción, al grado que Pedro Infante, quien había compartido con ella el escenario en diversas ocasiones, estuvo en la brigada de rescate de los cuerpos.
La relación artística entre, Blanca Estela Pavón y Pedro Infante, nos lleva a elaborar las entregas subsecuentes que habrán de llevar un contenido que será parte fundamental del tema (misterios, premoniciones, coincidencias), como ejemplo: ambos fallecen en un accidente de aviación.
Continuará….
Un comentario
Interesante columna!